Comencemos con las consecuencias para las metrópolis:
Ahora bien, al analizar lasconsecuencias para los territorios dominados podemos dividirlas en varias categorías, algunas de ellas son:
Demográficas: en este aspectos las consecuencias son contradictorias, en sí la población se incrementó como consecuencia de la disminución de la mortalidad, ocasionada por la introducción de la medicina moderna occidental y la persistencia de altas tasas de natalidad. Ello se tradujo en un desequilibrio entre población y recursos que hoy día constituye un grave problema para los estados surgidos de la descolonización. No obstante, en algunas zonas la población autóctona sufrió una drástica reducción (especialmente en los inicios del imperialismo) como consecuencia de la importación de enfermedades desconocidas (viruela, gripe, etc) o por los enfrentamientos o las condiciones de trabajo. En otros lugares, la población indígena fue simplemente reemplazada por colonos extranjeros.
Sociales: La burguesía de las metrópolis (comerciantes, funcionarios y terratenientes), copó los niveles altos y medios de la sociedad colonial. Hubo casos en que ciertos grupos autóctonos fueron asimilados por los colonizadores y pasaron a formar parte de la cúspide social. Esto ocurrió fundamentalmente con las antiguas élites dirigentes, miembros de algunos cuerpos del ejército y funcionarios de la administración colonial. Pero, la mayor parte de la población autóctona fue objeto de un generalizado proceso de proletarización que incrementó las abundantes reservas de mano de obra destinada a la creación de infraestructuras y a la agricultura de plantación. Políticas: En mayor o menor medida, las zonas ocupadas se vieron bajo el dominio y control de las metrópolis y, por lo tanto la dependencia de las colonias respecto a la ésta estuvo determinado por el tipo de organización administrativa que les fue impuesta. Los cargos y la organización administrativa estuvo en manos de los imperios. El aparato estatal funcionaba a su favor y en detrimentos de los derechos de soberanía y autodeterminación de los nativos. Esa imposición no estuvo exenta de conflictos que constituyeron el germen de los movimientos anti-imperialistas. Éstos reclamaban a la metrópolis un mayor respeto a las tradiciones autóctonas y la participación en las decisiones que se adoptaban sobre los territorios administrados. En muchos casos los naturales de las colonias demandaron los mismos modos democráticos que las metrópolis defendían para sí mismas pero negaban a sus colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional, etc. Culturales: se dará la pérdida de identidad de los pobladores indígenas al implantar los patrones de conducta, la educación y la mentalidad de los colonizadores. La lengua de los dominadores (especialmente el inglés y el francés) fue impuesta, conduciendo a un fuerte grado deaculturación. La religión cristiana (católica, anglicana o protestante) desplazó a los credos existentes en muchas zonas de África o bien se fusionó con ellos, dando lugar a creencias de carácter sincrético. Sin embargo en el mundo musulmán y Asia la experiencia evangelizadora fue escasa comparada con la del África negra, debido al arraigo de antiguas y complejas religiones, como el budismo y el hinduismo. Si bien muchos historiadores señalan que el imperialismo realizó ciertas aportaciones positivas (como llevar conocimiento científico-tecnológico nuevo, avances en la medicina, etc), lo cierto es que éstos se hacen a la fuerza y en la mayoría de los casos como mecanismos de fortalecer el dominio de las metrópolis.
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