Cuando hagamos bechamel no debemos preocuparnos por la cantidad resultante, ya que una vez hecha esta se puede conservar. Verter la bechamel sobrante en un recipiente de plástico, adhiriendo a la superfície de la salsa un trozo de film de plástico alimentario, y una vez enfriado tapar el recipiente y ponerlo en el congelador. Al descongelar la bechamel parecerá un flam, lo ponemos en una sartén con un poco de leche y sal para volverlo a convertir en salsa.