El Consejo de Administración de RTVE está formado por 12 personas, un presidente y 11consejeros. Cuatro son del PP, 2 del PSOE, 1 de CiU, 1 de ERC, 1 de IU y 2 de los sindicatos (1 de CC.OO y otro de UGT). El puesto de presidente, desde la dimisión de Alberto Oliart, está vacante y los once consejeros rotan para ocuparlo. Pues bien, la semana pasada Rosario López Miralles, la consejera representante del PP, presentó una propuesta que abría la puerta a la censura previa o a un control político de los contenidos informativos de la televisión pública. Sólo los consejeros designados por Izquierda Unida y UGT se opusieron a la descabellada medida. El resto accedieron aunque el poder tener control sobre la producción de los informativos de TVE suponía uno de los mayores ataques a la libertad de información. Y, si bien los representantes del PSOE, CCOO y ERC se abstuvieron, no levantaron su voz en contra.
Tan pronto como fue conocida esta decisión, fue duramente criticada por la redacción del ente público, como señalaba un comunicado del Consejo de Informativos de TVE. Dicho Consejo de Informativos pidió al Consejo de Administración que desistiera en su empeño por mantener dicha decisión, gravísima, y dejaba a los trabajadores expuestos al control político o a cualquier tipo de presión, vulnerando de forma flagrante el derecho constitucional a la libertad de expresión e información. Así lo entendieron los profesionales del medio y no pocos espectadores de esta televisión al hacer público el acuerdo.
Ante tamaño escándalo, los mismos representantes tanto de PSOE como de PP manifestaron estar en contra de este acuerdo. Alfredo Pérez Rubalcaba, por medio de la red social Twitter, señaló que la dirección del PSOE “rechaza el acuerdo para que los consejeros de RTVE tengan acceso a los contenidos informativos que se están preparando”. Por su parte, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguraba en la misma red que “no es buena ninguna supervisión”. Pero ¿qué hubiera ocurrido si el “error” no es tan unánimemente contestado por todos?
Por otra parte, se fueron conociendo otros detalles de dicho consejo de Administración como el sueldo de sus consejeros, de 120.000 euros anuales, y otros privilegios. Por ejemplo, el que contaran asimismo con un asesor y una secretaria personal para cada uno, además de contar con un pool de coches con chófer para recogerles en sus domicilios y llevarles a la sede de RTVE o allí donde precisaran o poser una Visa Oro para sus gastos de representación. Para ellos, la única obligación es asistir a dos Consejos al mes. A cambio, ocupan los despachos de una de las plantas de la sede en de TVE, el popularmente llamado ‘Pirulí’. Y algunos también tienen despacho en Prado del Rey. Además, el cargo acumula otros privilegios más difícilmente “medibles” como el de disponer de entradas para conciertos, corridas de toros, partidos de fútbol, actos y espectáculos organizados por la propia empresa…
Afortunadamente, y gracias a las protestas generalizadas, a las pocas horas, el Consejo de RTVE rectificó y convocó una reunión urgente del organismo para anular la orden que parecía no haber sido ordenada ni por Génova ni por Ferraz aunque hay quien mantiene la duda. Lo cierto es que propuesta ya había sido lanzada en otras ocasiones por la consejera López, frenada por lo ex presidentes Luis Fernández y Alberto Oliart. Aunque, en este caso, salió adelante con los votos populares y la abstención de PSOE, ERC, CiU y CCOO. ¿Un simple error o una decisión muy meditada y “precavida” que no contaba con tanta oposición fuera del Consejo?