Trata de organizar tu recorrido andando para que no tengas que dar demasiadas vueltas. Debido a lo intrincado de sus callejuelas es muy probable que te pierdas, no pasa nada, siempre hay algo nuevo que descubrirás.
Mis recomendaciones:
– Dormir. En el hotel Holiday. Alternativa conveniente, situado cerca del centro, limpio, localizado al lado de uno de los canales. Si vais en coche, sólo se puede aparcar en las plazas marcadas de color azul (pagando la hora).
– Una copa. En el Bar Mercato, justo enfrente del Mercato delle Erbe. Con una terraza montada sobre la calle, tienen una extensa selección de vinos y cerveza artesana. Las principales zonas de reunión son, Plaza Verdi y Santo Stefano, allí encontraréis multitud de locales.
– Visitas. Tan pronto comencéis a caminar por el centro de la ciudad, os encontraréis una sucesión de maravillas arquitectónicas y de la historia. Palazzo Re Enzo, los canales, La Biblioteca dell’Archiginnasio, las Torres de Bolonia (hay que pagar entrada y subir por unos angostos escalones), la Basílica de San Petronio. En la Plaza de Neptuno (en esta época estaba en reparación) y alrededores se encuentran bastantes palacios y museos. Mi consejo es que callejeéis y os perdáis. Dejaros llevar por el instinto, una villa o un palacio aparecerán en cualquier calle. Sentaros en alguna de las terrazas y gelaterias para ver transcurrir el tiempo acompañados de un café, helado o cerveza.
Bolonia es una ciudad que da para mucho más de 24-48 horas, pero aún así puedes exprimirla al máximo. Recorrer su casco medieval, de los más grandes de Europa, y admirar la conservación de su Universidad. Sin duda, volveremos. Ciao!