Muchas veces me escribís a través de Instagram preguntando qué modelo de cámara uso. Y la respuesta es siempre la misma, una reflex añeja, que no vieja. Utilizo una Canon EOS350D, a la que con el tiempo he conseguido exprimirle alguna foto bonita. Pero lo he hecho tras 50 intentos por foto, por lo que mi primer consejo será: haced muchas fotos de cada perspectiva, hasta que estéis contentas con el ángulo que habéis adoptado, la luz, la definición y el resultado general.
El segundo punto clave es la luz y el fondo. En mi caso, las fotos por la mañana salen mucho mejor que por la tarde (y no digamos noche). ¿Porqué? Porque toda la tromba de luz que entra por la ventana se refleja en el fondo blanco, y el objeto en cuestión queda iluminado más nítida y fielmente a la realidad de sus propios colores. Cuando iluminamos con cualquier luz, por ejemplo una cálida, podemos estar aplicando una luz demasiado amarilla, que hace que todos los colores se vuelvan más cálidos y se distorsione el verdadero color que queremos mostrar. Utilizo el flash integrado de la cámara, y aunque me encantaría hacerme con un anillo de luz o un flash de tipo profesional, ¡se me van del presupuesto!. Tampoco tengo ningún objetivo en especial, sino el básico que traen todas en la compra inicial. Un 18-55, el más común de los mortales.
Un buen ejemplo de edición de estos índices es el siguiente: