Cualquiera que ha leído mis artículos sabe que Diego, mi hijo de 3 años, es bastante energético. No me atrevo a llamarlo hiperactivo porque no quiero etiquetarlo, ni soy psicóloga ni psiquiatra. Por suerte no es un niño agresivo, pero sí de energía inagotable. Hay que verlo para entender, o tener uno igual.
¿Que define a un niño enérgico? "Todos los niños están ocupados escalando y saltando y tirando cosas", dice Mary Sheedy Kurcinka, autora de la popular serie de libros Raising Your Spirited Child and Kids, Parents, and Power Struggles: Winning for a Lifetime (Criando a su hijo energético). "Pero el de alta energía es el que se sube hasta la parte superior del refrigerador. Todos los niños dicen 'No', pero un niño enérgico es de no’s más uertes y más frecuentes, sus rabietas más duraderas y más intensas. Poco a poco uno se da cuenta de que está trabajando más duro que su vecino, cuyo hijo simplemente no es tan intenso, persistente y enfático como los suyos. Su hijo es normal, es sólo más de todo."
Los niños energéticos son sin duda un desafío, pero hay maneras de desactivar batallas diarias y enseñarle a su niño a aprender a controlarse a sí mismo. Éstos son las estrategias principales de Kurcinka:
Déjele saber lo que viene.
Todos los niños se ponen ansiosos cuando no pueden predecir lo que vendrá, pero la mayoría de los niños energéticos necesitan que se le den muchos detalles. Cuando es el momento de salir del parque y su hijo de 2 años de edad se tira al suelo aullando, es probable que sea porque esté inseguro sobre lo que vendrá después. Dígaselo con detalles: Iremos al coche, vamos directamente a casa, encontraremos a papá allá, y haremos espaguetis para cenar.
Recuerde que con los niños, las palabras no siempre son suficientes. Es posible que le diga "papá te recogerá de la guardería de esta tarde ", por ejemplo, pero su hijo bien puede tener problemas para recordar esto todo el día. En este caso, podría pedirle a la que lo cuida que le recuerde al niño al final del día quién es que le toca venirlo a buscar.
A veces las señales visuales pueden ayudar. Si los abuelos vienen de vacaciones, muéstrele fotos a su hijo de antemano. Por supuesto que no puede eliminar todas las sorpresas de la vida de su hijo, pero se puede minimizar la tensión al darle un aviso cuando se pueda.
Sea claro y consistente.
Los niños enérgicos necesitan la seguridad y la coherencia de reglas claras, así que es importante establecer límites. Si toca siesta después del almuerzo y su hijo siempre hace berrinche al respecto, sea firme y seguro al hacer valer su tiempo de descanso. Si los vídeos no se permiten después de la cena, pero se le deja ver "sólo éste, esta noche nada más” para poder realizar una llamada telefónica, él la pondrá a prueba y demandará lo mismo - con fuerza - todas las noches durante el resto de la semana.
Mantenga el contacto físico.
"A medida que los niños pequeños se mueven hacia la independencia, todavía les hace mucha falta la conexión", dice Kurcinka. Tal vez a su hijo le guste un masaje en la espalda antes de acostarse. O quizá le guste acurrucarse con usted en un mecedora por la mañana. Pídale que lleve juguetes en su habitación para que pueda jugar cerca de usted mientras usted se viste para el trabajo. En la guardería, siéntese con él en el suelo hasta que él se integre al grupo por su cuenta.
Estas tácticas puede que les parezca que hace todo más lento al principio, pero que en realidad le ahorrará tiempo al evitar las rabietas y las batallas. "Los niños necesitan saber que pueden confiar en que usted estará ahí para ellos. De esta manera, en última instancia van a ser más independientes ", dice Kurcinka.
Crea un ambiente de "sí".
"¡Yo lo hago!" son las palabras favoritas de un niño, dice Kurcinka. Deje que su niño vierta su propio jugo en una jarra pequeña, use un tenedor en la cena, y se ponga sólo los zapatos. Incluso si todo es un poco desordenado y tarda un poco más, la independencia y la cooperación que obtendrá de su hijo, valen la pena.
Además, mire la forma en cómo está organizada su casa: ¿Hay un armario en la cocina a nivel bajo lleno de ollas y recipientes de plástico con los que su hijo sí puede jugar? ¿Son sus juguetes y libros fáciles de alcanzar? ¿Hay una cama, sofá, o una almohada donde se le permite saltar? Cuanto más accesible sea el ambiente de su casa, menos tendrá que regañarle para que se aleje de cosas y lugares especiales.
Evite lugares peligrosos.
Si su hijo de alta energía no se puede quedar quieto en la mesa, elija sabiamente los restaurantes –o planee un picnic familiar en el parque como alternativa. Si él es lento para adaptarse a nuevas personas, no lo arroje al regazo de Santa Claus. Y si se encuentra en una situación demasiado estimulante, como en un juego de grandes en una fiesta de cumpleaños, no tema salir temprano –antes de que su niño pierda los estribos por completo.
Calme sus sentidos.
Ayude a su niño enérgico a relajarse cuando el nivel de intensidad comienza a subir. El agua puede ser especialmente relajantes: Dele un baño caliente en una noche fría, ponga un paño frío en su frente en una tarde de verano, o déjelo jugar con sus patos de goma en el fregadero de la cocina
mientras está cocinando.
Para niños más grandes, el pintar con los dedos, modelar arcilla, son también actividades que calman los sentidos. Para los menores de 2, les sienta bien desplazar arena, harina de maíz, o crema de afeitar en una superficie de juego.
Reconozca sus sentimientos.
Hable con su niño acerca de por qué se le baja el ánimo y hágale saber que no es el único que a veces es vencido por las emociones difíciles. Trate de decir "El ruido te está molestando. A mí también me está molestando mucho. Saldremos de la tienda tan pronto como hayamos pagado por estos zapatos ".
Incluso si no parece captar mucho de lo que se le dice a esta edad, explíqueselo de todos modos. (Pero no se enoje con él cuando sus explicaciones perfectamente lógicas no obtengan el rápido resultado deseado.) Los niños pequeños por lo general no son capaces de cambiar su comportamiento en respuesta al razonamiento verbal, pero este ejercicio le puede ayudar a usted a empatizar con su hijo. Y con el tiempo usted va a aprender a reconocer lo que “dispara” a su hijo antes de que caiga en salga de sus casillas.
Premie el buen comportamiento.
No se preocupe de que su hijo energético se agrandará (o se le irán los humos a la cabeza) si lo alaban. Refuerce sus esfuerzos con mensajes positivos: "Hiciste muy bien saliendo de la tina cuando te lo pedí" o, "Realmente usaste tu voz tranquila en la casa de Pedro esta tarde." Trate de no dejar pasar la oportunidad de alabar el comportamiento que usted está tratando de enseñar.
Tenga expectativas realistas.
Muchas de las transiciones que ocurren durante el día, que los adultos damos por sentado –salir de la casa, entrar y salir del coche, a la guardería, a la tienda, a casa de nuevo, ir a la cama –son especialmente difíciles en un niño activo, que necesita tiempo adicional para hacer frente al cambio y que pueden ser abrumados por la gente y el ruido.
"El niño promedio de 2 años de edad, ha pasado 500 horas en un coche", dice Kurcinka. Pregúntese a sí misma, “¿puedo esperar que mi hijo aguante eso?” Y cuando sea posible, salte transiciones innecesarias y pregúntese: ¿Realmente tengo que hacer esa última parada o puede esperar?
Trate de no etiquetar.
Lo más importante de todo es examinar la forma en que describe a su niño. El niño "salvaje" que es "terco", "agotador" y un "llorón" es también un niño que es persistente, enérgico y sensible –todos son rasgos que se admiran en los adultos. Utilice etiquetas positivas cuando hable de su hijo con familiares, cuidadores y maestros, y ellos llegarán a ver esos maravillosos atributos también.
Y con el aumento de la autoestima, su hijo energético va a querer aprender a comportarse así. Usted sabrá que va en el buen camino cuando su hijo de 3 años de edad le anuncie a la abuela, "¡tuve mucha energía hoy! " en vez de decir: "Fui un niño malo. "Cuando usted se centra en los aspectos positivos y los puntos fuertes de su hijo, cambia su comportamiento, y a su vez cambia la conducta del niño.
Cuídese a sí misma.
Tal vez le resulte difícil, si no imposible, declarar que necesita más tiempo para usted misma. Pero la casa no tiene que tener siempre un aspecto perfecto y las cenas no tienen que ser gourmet. Si ya es medianoche y ya está agotado, deja los platos en el fregadero. Descanse o tome un baño de burbujas cuando su hijo haga siesta. En lugar de aspirar el living, tome completa ventaja de su tiempo en la noche después de que su niño vaya a dormir para conectarse con su pareja o una amiga, o para realizar alguna actividad relajante por su cuenta.
Lo más importante de todo, dice Kurcinka: "Construya un sistema de apoyo. No se puede hacer esto siete días a la semana, las 24 horas del día." Su hijo se beneficiará cuando usted está revitalizada, y usted también. Ya se trate de su cónyuge, una amiga, un pariente o una niñera, encuentre una ayuda consistente en quien usted y su niño puedan confiar y deje que le ayuden.
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