¿Qué tal os habéis portado este año?
Espero que bien porque de otro modo os traerán carbón…
Durante estas Navidades hemos escuchado muchísimas veces esa condición, ¿verdad? Si te portas bien tendrás regalos, pero si te portas mal ¡te traerán carbón!
La mayoría de veces se escucha de broma, por decir algo al niño, por inercia… porque tenemos tan interiorizado el conductismo que ni siquiera nos damos cuenta de como lo puede percibir el niño. Raro será el día de las Navidades que el niño no escucha alguna vez que su felicidad vendrá condicionada a obedecer a sus padres…
Otras veces, lo que es más preocupante, los padres lo utilizan sabiendo de manera totalmente consciente que lo que están haciendo es un chantaje. A parte de lo poco ético que puede resultar, en éste caso además se amenaza sabiendo a ciencia cierta que no se va a cumplir. Los padres saben que les comprarán lo mismo aunque el niño no se acabe la última cucharada de lentejas.
Queda claro nuestro rechazo al conductismo como método de educación, pero en este caso todavía es peor. Al premiar con regalos (o castigar sin ellos que es lo mismo) estamos enfatizando la importancia de éstos, fomentando de esa manera un materialismo que seguramente no queremos transmitir y un consumismo que a la larga nos puede salir caro