Yolanda Pérez
16 noviembre, 2015
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La adolescencia es la época de la vida que se inicia alrededor de los 11 años. Se inicia con la pubertad y se extiende en nuestra cultura hasta el momento en que la juventud se prepara para ir asumiendo funciones de responsabilidad de la vida adulta. A continuación os ofrecemos una serie de consejos para padres y madres de adolescentes.
Todo esfuerzo de un adolescente, aunque no lo exprese explícitamente, está destinado a conseguir vínculos afectivos y sociales fuera del ámbito familiar y ser una persona digna de admiración y respeto. Esto supone que el adolescente va variando en su forma de actuar, de vestir, de pensar, etc. hasta sentir un equilibrio entre quién es y quién se acepta ser.
Fuente de la imagen: superacionpersonaleficaz.com
Si eres padre o madre, te proponemos las siguientes estrategias para aplicar con tus hijos adolescentes:
Escuchar más y tratar de entender el punto de vista de tu hijo/a, en vez de decirle lo que tiene que hacer. Recuerda que tú también fuiste adolecente y nada nos gusta que nos digan lo qué teníamos que hacer. A todos nos gusta que nos entiendan, y especialmente en la adolescencia.
Demostrar respeto hacia tu hijo o hija, siempre que se pueda y no dañe a nadie, por sus decisiones, elecciones y sentimientos. Recuerda que se encuentran en una época de transformación hacia la adultez y por ello les gusta ser tratados como personas adultas. Solo si se sienten tratados así, es entonces cuando se les puede exigir después como a pequeños adultos.
Demostrar siempre interés por lo que hacen sin invadir su intimidad y sin que sientan que los controlamos. La adolescencia es ua etapa de la vida donde para ellos es fundamental sentir que tienen cierta privacidad. Funciona mucho mejor una buena comunicación, donde se les pueda “arrancar” la información, que tratar de forzarlos a soltarla o incluso interrogarlos.
Demostrar confianza en sus decisiones y actuaciones. Igualmente, para el adolescente, sentir que confían en él o ella, es un paso más hacia un buen nivel de autoestima que les conduce a actuar con mayor responsabilidad, al sentirse más maduros y adultos.
Intentar expresar sentimientos en vez de criticar su conducta constantemente. Conseguirás que la relación padre/madre – hijo/a sea más cercana. Si te pasas el día criticándoles conseguirás que te vean como un muro ante el que nada hay que hacer, e inevitablemente empeorará su comunicación y empatía hacia ti.
Acuerda siempre unas reglas de convivencia básicas, que por supuesto se han de respetar y si no es así, han de tener consecuencias. Hay que ser accesibles y comunicativos, pero tampoco debemos caer en ser sus “amigos”. El papel de madres y padres es educar y para ello hay que marcar unas reglas y unos límites, y después ser coherente con ellos.
Valora siempre los resultados negativos o ‘fracaso’ de su esfuerzo. Hay que buscar siempre la parte positiva de las cosas. Especialmente si nuestro adolescente se ha esforzado, debemos animarle y recordarle la importancia del trabajo, el esfuerzo, la constancia, valores que siempre acaban acercándonos al “éxito”. En los momentos de fracaso, es cuando un padre y una madre deben estar al lado animando y valorando lo positivo. Tener el reconocimiento de los padres alimenta de forma muy determinante el autoestima del adolescente.
No hablemos de nosotros mismos para acercarnos a ellos, sin mostrarnos tal y como somos y fuimos de jóvenes. No les hablemos como si fuéramos los padres perfectos e ideales, y como si hubiéramos ido en su día los hijos ideales, porque ni somos lo uno ni fuimos lo otro. Solo conseguiremos así alejarnos de ellos, y que nos vuelvan a ver como un “muro” inflexible, que solo está ahí para recriminarles.
Recuerda ante todo que tú también fuiste adolescente y que la adolescencia es una etapa de la vida de vulnerabilidad emocional y sobre todo el momento de inicio de la búsqueda de identidad y construcción personal en la que por primera vez se comienza por decidir por sí mismo en su futuro.
Los adolescentes se tienen que equivocar una y mil veces, es de hecho una fase de la vida esencial, donde se construye en gran parte su personalidad. Los padres tenemos que estar para guiarles y animarles, y no tratar de evitar que cometan errores, sino enseñarles a corregirlos, y a reaccionar ante ellos cuando se produzcan.
Si deseas más consejos sobre cómo hablar y comunicarte correctamente con tus hijos te recomendamos la lectura de este artículo: consejos para hablar con los hijos adolescentes.
Sobre el autor
Yolanda
Yolanda Pérez
Directora del centro de Psicología Eclipse Soluciones.
Doctora en Psicología (nº col. CV-9418) y Master en Psicología de la Salud.
Especializada en terapa adultos-intantil.
Experta en formación y orientación laboral.
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