Consejos para que cuando vayas de compras, el supermercado no se “fagocite” tu dinero

Publicado el 11 julio 2018 por Carlosgu82

Ir al supermercado es una actividad que tiene el cometido de proveernos de alimentos, no de ser nosotros el alimento de estas grandes corporaciones que gastan millones para manipularte a que te dejes allí hasta el último centavo.

Si eres de los que sale de este enorme imperio de la comida envasada con treinta dólares menos de los que pensabas tener al llegar a la puerta de salida, es porque las campañas de marketing de estos gigantes está haciendo mella en ti.

Sigue estos consejos y te convertirás en un comprador eficiente.

Cómo ir al supermercado sin dejarte tu salario en las trampas mortales de las góndolas

  • Lista de compras:llevar una lista de compras, al mejor estilo de la vieja usanza, evitará que te desvíes del camino del bien y termines comprando lo que jamás se te hubiera ocurrido adquirir en un paseo corriente al supermercado.
  • Nunca vayas con hambre: esta es una de las peores decisiones que como comprador puedes tomar. El hambre punza y mueve los brazos por ti hacia esos productos llenos de grasas trans que cuestan ridículamente caros. Además, arruinarás tu cena comiendo un paquete entero de galletitas o snacks que te quitarán el hambre, no te alimentarán y te alejarán de la comida nutritiva que pensabas prepararte.
  • Las góndolas de los importados son el marido de tu hermana: a menos que tengas una pésima relación con tu hermana, seguro que lo último que querrías hacer será mirar a su esposo con lascivia. Lo mismo debe ocurrir con la góndola de los importados. No discutiremos acerca de que son exquisitos, tentadores y tiene muy buena presencia, pero son los clásicos “ladrones de cuello blanco”. Se quedarán con todo tu dinero para darte tan solo unos instantes de placer.
  • Ojo con las promociones: es increíble como más y más personas caen en la trampa de las promociones. No son pocos los supermercados que lanzan un par de artículos un 10% más barato de lo que su competencia ofrece. Sin embargo, aumentarán otros productos de consumo básico en un 20% o 30%. El problema aquí es dar las cosas por sentado, lo que nos llevará a asumir que todos los precios estarán un 10% más baratos que si vamos al supermercado que está a tres cuadras. Otro error muy común es el “producto de regalo” o el “2×1”. El primer caso la palabra “regalo” es una mentira descarada, ya que terminas pagando el supuesto obsequio más caro que si lo compraras aparte. El segundo caso suele tener una fecha de vencimiento que no va más allá de la mañana siguiente a la compra.
  • Antes de poner en el carrito, siempre hazte la siguiente pregunta: ¿Para qué?: pasamos delante de un producto presentado de forma atractiva, de sabor prometedor y que está incluido en las ofertas , y nuestra reacción inmediata es lanzarlo dentro de nuestro carrito como si quisiéramos anotar un triple. Pero… ¿alguna vez te preguntas para qué lo estás comprando? ¿Forma parte de los productos que habitualmente cocinas? ¿Tienes un plan para él, tal como cocinarlo con un abundante arroz? Si compras un producto porque sí, terminarás comiéndotelo solo o sobre unas rebanadas de pan, lo que significará que habrá sido una compra muy alejada de la descripción “sabia”.
  • Mantén tus objetivos de ahorro en el horizonte: no solo al evitar comprarnos ropa de marca y salir a comer a costosos restaurantes estamos pensando en el ahorro. Cuando vamos al supermercado tendremos que mantener este objetivo en mente todo el tiempo. Vamos a esta clase de tienda mucho más seguido que a cualquier otra, por lo que aplicar nuestros principios de ahorro y no comprar por comprar tiene que ser aplicado aquí más que en ningún otro lado.