El Grupo de Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y el Consejo General de los Ilustres Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física y en Ciencas de la Actividad Física y del Deporte (Consejo General de COLEF y CAFD) han elaborado, en colaboración con Aquarius, un documento con “Consejos sobre actividad física para niños y adolescentes”, con el objetivo de hacer frente a la creciente incidencia de sobrepeso y obesidad que sufren los niños españoles. Hasta el 12% de ellos no lleva a cabo ninguna actividad física.
El hábito de realizar ejercicio físico ha cambiado en los últimos años. Lo ideal, según estos dos colectivos profesionales, es que niños y adolescentes realicen al menos 60 minutos diarios de ejercicio con una intensidad moderada/alta, y que en los últimos tiempos ha sido sustituida por un exceso de ocio sedentario, vinculado a las nuevas tecnologías y a condiciones socioculturales.
Actividad física desde la infancia: estilo de vida saludable
Se aconseja que la práctica de ejercicio físico se incorpore a la vida cotidiana como un estilo de vida saludable que es recomendable adquirir desde la infancia, al igual que la higiene, la seguridad o el estudio.
Se sintetizan en seis las recomendaciones básicas de actividad física para niños y adolescentes:
1. Realizar actividad física moderada o vigorosa durante un mínimo de 60 minutos diarios, pudiendo repartirse en dos o más sesiones.
2. Evitar conscientemente el sedentarismo: cualquier actividad cotidiana es mejor opción que permanecer sentado. Así, por ejemplo, en los desplazamientos diarios es recomendable caminar, utilizar la bicicleta y subir por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor o escaleras mecánicas. Se aconsejan actividades en el tiempo del recreo escolar y potenciar las actividades físicas extraescolares.
3. El desarrollo de la actividad y ejercicio físico será un momento de diversión y juego. Son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre, que permitirán un refuerzo positivo.
4. Se debe asegurar que el entorno físico en el que se practique la actividad sea adecuado y sin peligros.
5. La actividad física se recomienda en cualquier condición de salud: no solamente la debe practicar el niño sano. Como recuerdan ambas instituciones profesionales de estos consejos, “la práctica habitual de actividad física, adaptada a cada situación o enfermedad, mejora globalmente el estado de salud y la evolución clínica de los niños con enfermedad crónica y discapacidad”.
6. Asegurar el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividad es intensa y el ambiente caluroso. Es conveniente hidratarse antes, durante y después del ejercicio físico, ya que cualquier ejercicio, aunque sea moderado, produce la eliminación de cierta cantidad de agua y sales minerales. Esta recomendación resulta especialmente importante en países con unas condiciones ambientales de más de 25ºC de temperatura y en zonas de alta humedad relativa.
El sedentarismo: un problema “mundial”
La Organización Mundial de la Salud identifica el sedentarismo como un grave problema de salud en los niños y jóvenes.
El entorno ambiental y social nos invita al sedentarismo, y nos aleja de las actividades aeróbicas en espacios abiertos. Existen pocas áreas de juego en ciudades y falta de facilidades en los centros escolares para la práctica de actividad física.
“Con estos consejos proponemos un trabajo coordinado de prevención, intervención y recuperación de las enfermedades producidas por una falta de actividad física y aumento de sedentarismo; con ello alcanzaremos el beneficio de un bienestar social y económico para posteriores generaciones”, subraya la AEP y el Consejo General de COLEF y CAFD.