Os hemos hablado en ocasiones sobre formas de vencer el insomnio y con este post quiero completar esa información haciendo referencia a la adaptación del cuerpo al invierno, la estación en la que nos encontramos.
En invierno, de forma natural, se produce un aumento de las horas de sueño, una actitud que favorece el trabajo renal y disminuye el circulatorio. La Medicina Tradicional China indica que en invierno el riñón está en su punto máximo de actividad, mientras se produce descanso al máximo del hígado.
Por eso es importante escuchar al cuerpo en cuanto a sus necesidades se refiere, en descanso, alimentación y hábitos.
Sobre la postura que conviene adoptar para dormir, también es el cuerpo el que manda y se va adaptando según necesita. Debemos dejar al cuerpo hacer la sucesión de posiciones a lo largo de la noche. Para esto es ideal tener espacio y calor para favorecer esos cambios de posición.
El sueño aumenta el flujo renal, renueva la piel, mejora la cicatrización de heridas, restituye el equilibrio mental, etc. Para potenciar su función reparadora es importante que en invierno el reposo se combine con una exposición al aire fresco y al sol durante el día, al mismo tiempo que se realiza algo de ejercicio físico, basta con caminar.
Eso evita descalcificaciones y produce un buen entrenamiento al frío, mejora muscular y fortalecimiento general de todo el organismo.
Para los más valientes, este reposo, sueño, ejercicio y exposición al frío puede completarse con la exposición de los pies descalzos al frío para luego abrigarlos. Para dormir los pies deben estar abrigados y calientes. Esto forma parte de la terapia Kneipp para el sueño reparador.
Postura de yoga para favorecer el descanso
Existe una asana o postura de yoga que conviene practicar en invierno, ya que favorece el descanso. Se la conoce como la postura de El Niño o Balasana.
- Se realiza arrodillado con las rodillas algo separadas y sentados sobre los talones.
- Hay que cogerse la muñeca derecha con la mano izquierda e inclinarse lentamente hacia adelante, procurando, a ser posible, que las nalgas no se separen de los talones.
- La frente quedará apoyada en el suelo y los brazos los colocaremos hacia atrás, pegados al cuerpo y con las palmas de las manos hacia arriba.
- En esa posición se debe respirar lenta y profundamente, sin esfuerzo, dirigiendo la atención al entrecejo. El cuello y los hombros deben estar relajados.
- Se mantiene la postura entre 3 y 8 minutos.
Ayuda sobre todo a la descompresión lumbar, compresión que se produce cuando estamos de pie, ya que administra a la columna vertebral un poderoso estiramiento hacia adelante.
Además el acto de respirar con el abdomen apoyado sobre los muslos permite al diafragma estimular suavemente los órganos internos al ejercer un masaje vibratorio.
En esta postura se descansan las articulaciones de la cadera, rodilla y pie, tan relacionadas con el Riñón según la Medicina Tradicional China, y por tanto tan necesario en esta época del año.
Asimismo, permite reponerse en los momentos de sueño y decaimiento. En lugar de tomar sustancias excitantes es mejor practicar esta postura unos minutos y a continuación realizar unos ejercicios de desesperezamiento que ayuden a subir el tono.
Otro consejo para descargar el cuerpo
Para la gente que en invierno va muy abrigada con ropa sintética y utiliza el aire acondicionado es importante que de vez en cuando realice una derivación a tierra poniendo los pies descalzos sobre el suelo, lo ideal sería en un parque, bosque o similar.
Esta toma de contacto con la tierra ayuda a liberar el exceso de tensión y electricidad estática corporal.
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