La pureza integral debe manifestarse en tu relación personal con Dios, manteniéndola libre de agentes contaminadores tales como las raíces de amargura (Hebreos 12: 12-15), los argumentos mentales en contra de Dios (2ª Corintios 10. 3-6) y la falsa doctrina (1ª Timoteo 6. 21,21). Conservarte puro en el área espiritual te ayudará a mantener sana tu vida mental y emocional, la cual incluye tus decisiones morales, éticas, laborales y afectivas. Permíteme darte un ejemplo: ¿Cuál es tu concepto acerca del éxito laboral, ahora que estás atravesando la etapa de afirmar tu carrera? Las últimas dos décadas marcaron un énfasis necesario -aunque un poco exagerado-acerca del éxito personal. En la literatura impresa, como en el internet y en una multitud de conferencias, se predicó la idea acerca de la fusión entre carrera y significado.
En otras palabras, millones de jóvenes como tú fueron formados bajo la filosofía que declara: “Tú eres tu profesión”. Pero esta escuela de pensamiento “avanzado” encierra la misma ética de otrora que quiso combatir. Antes se le decía a los jóvenes: “Sé alguien en la vida”, como una apelación a que estudiasen una carrera profesional y ganasen mucho dinero. En parte se decía porque la mayoría de los padres no tuvieron la oportunidad de estudiar; entonces, aunque la intensión era buena, se canalizaba por medio de la frustración. Hoy la sociedad te dice a ti: “Sube la escalera” contaminando de ese modo el verdadero sentido de la sana competitividad, algo que en realidad te provoca a comprometer tus principios morales, o en otras palabras, a comprometer tu pureza ética.
Sin embargo, debes de tener siempre en cuenta que aunque debes esforzarte por progresar, la promoción más segura viene del Señor. No la procures por tu propia cuenta, orbitando como un planeta alrededor de tus líderes para que noten tu presencia y tus cualidades; o pasando por encima de los demás. Recuerda que Dios no es ciego, así que cuando él considere que es el mejor momento, entonces producirá que las cosas se den a tu favor, siempre y cuando te mantengas puro.
En otro orden de cosas, la pureza integral también se manifiesta en tus relaciones personales. ¿Cómo escoges a quien permitirle la entrada a tu vida y por quién optas para servir contigo? Si lees bien el texto bíblico de 1ª Timoteo 5.22, el apóstol Pablo le dice al joven Timoteo: “Consérvate puro”, y lo hace en el contexto de una serie de instrucciones sobre la vida personal y laboral, algo que en el caso de Timoteo tenía que ver con la profesión del pastorado. A esas alturas, Timoteo no tenía mucha experiencia, y seguramente era tentador para él escoger a otros jóvenes inexpertos como él, o a cristianos demasiado nuevos para ser líderes en la iglesia. En el capítulo 3 verso 6 del mismo libro, Pablo le exhorta a no escoger líderes neófitos, o en otras palabras, “nuevos en la fe”.
Para un pastor joven como Timoteo, quien posiblemente atraería a otros jóvenes a la fe en Cristo, sería natural desear incluir a sus nuevos amigos en el liderazgo. Sin embargo, Pablo le recuerda que tal decisión podría ir en detrimento de la vida espiritual de esas personas y de la congregación. Hoy en día, tú debes aplicar ese principio a tu propia vida cualquiera sea tu situación. No tomes decisiones emocionales, sino inteligentes, cuando se trate de elegir tus relaciones personales. Esta es una manera de mantener tu pureza.
Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar la necesidad de que conserves tu pureza sexual.Créeme que no se trata de un capricho religioso. Dios ha creado el sexo como un verdadero regalo, y a diferencia de los animales, el designio de Dios para las relaciones sexuales humanas está ligado a la intimidad con tu futuro cónyuge. Allí es donde se fusionan mecanismos físicos, emocionales y espirituales. La libertad, la paz y la satisfacción que provienen de mantener las relaciones sexuales dentro del matrimonio son incomparables. Si aun eres soltero, te aseguro que vale la pena esperar. Por otro lado,la Biblia dice que el matrimonio es una figura del amor y la relación personal de Dios con sus hijos. ¿Por qué contaminar, entonces, algo tan sagrado mal usando el sexo antes, o durante, el matrimonio?
Evidentemente, esta condición del alma llamada pureza debe ser aplicada a todas las áreas de tu vida; no obstante, he puesto énfasis en aquellas que demandan especial atención durante la preciosa etapa de la juventud. Así que, consérvate puro, porque tu recompensa es más valiosa y duradera que cualquier otra satisfacción temporal.