M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional del la Vª Orden del Rito Moderno, Unión Masónica Universal del Rito Moderno, Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador y Miembro de la Gran Logia Mixta de los Andes Ecuatoriales
Si deseamos tener siempre una fuente de reflexión simbólica, y por tanto de conocimiento, basta que recurramos al siempre inagotable manantial de nuestros rituales ricos en mensajes capaces de mostrarse con intensos y múltiples matices.
Bien es cierto, que dicha propuesta de estudio ritual personalmente la concibo en la línea de aquellos perennes vehículos de vivencia simbólica que nacieron con el génesis de nuestra francmasonería especulativa, y no por una razón de estancamiento de la tradición, lo que supondría una contradicción en sí mismo en el fenómeno de transmisión, dado que ésta es vida y evolución, aunque debe estar al abrigo de mutilaciones o injertos varios fruto en ocasiones de derivas conceptuales ajenas al origen de nuestra Institución, así como también a salvo de prejuicios a la moda de corrientes de pensamiento radicalizadas e incapaces de abstraerse para ver en el símbolo su acepción más amplia.
A propósito de la riqueza de su contenido, abundemos un poco en este elemento simbólico para hoy propuesto: la Plancha de Trazar, que ya aparece en el Cuadro de logia de Primer Grado.
El Rito Moderno obvia y oportunamente vincula a la luz como símbolo del conocimiento, y concretamente a sus Tres Grandes Luces en sus distintas acepciones, directa, indirecta o articulada en Logia a través de la figura del Venerable. De modo también exquisito (magistral, diría yo) nos expone el símbolo/concepto de Joyas de la Logia que ya se nos muestra en una divulgación londinense de 1724[1] donde aparece el Diamante con toda su riqueza simbólica derivada que intentaremos analizar nuevamente con mayor profundidad en otra ocasión.
Respecto a las Joyas de la Logia, diríamos que son los emblemas preciosos de gran valor Moral y Ético, el cómo, porqué y para qué de nuestra pertenencia a la Orden y de su finalidad en definitiva. Es este Tesoro el que, por regla general, los catecismos dividen en dos partes denominadas Joyas Móviles y Joyas Inmóviles, las cuales a su vez se nos presentan con una descripción material y, otra, con un significado simbólico y moral que es, en definitiva, su asociado íntimo al abrigo del cual cada masón debe interiorizar sus reflexiones oportunas y propias.
Así pues, si nos proponemos adentrar en lo que es la Plancha de Trazar, ese instrumento Magisterial solo puede ser comprendido en el conjunto acompañado del resto de Joyas Inmóviles, siendo éstas representación del Estado Humano, desde lo más burdo y grosero, hasta su opuesto, es decir, desde la Piedra Bruta, pasando por la Piedra cúbica en Punta, hasta la Plancha de trazar. Las Joyas Móviles, escuadra, nivel y perpendicular, corresponderían a las características de nuestras acciones, interacción y actitud espiritual en aras de transitar por los estados anteriores. No es menester, por tanto, llevar a cabo un gran esfuerzo de comprensión para llegar a entender que el instrumento Magisterial por excelencia representa un Modelo Público ejemplar en cuanto a sus acciones y con un uso pleno de Razón, Sabiduría y Virtud. Pero ¿qué implicación directa supone la anterior afirmación? ¿Dónde radica la pericia que debe tener todo Maestro para el uso preciso de esta Herramienta propia y que le define?
En primer lugar basarse en la realidad vital de un permanente estado de latencia y transición entre el Aprendiz, Compañero y Maestro, contenido en su experiencia y naturaleza humana, cual humilde plano utópico que se construye y destruye permanentemente, sin cesar, como consecuencia de la dualidad inherente a su misma esencia humana, y por consiguiente animal, un ser que aspira cognitiva y espiritualmente a elevarse hasta un modelo perfecto, pero al que solamente se aproxima de manera perfectible, con perseverancia y haciendo uso de otra herramienta esencial de aplicación individual y colectiva: el Amor.
Así, y solamente así, el Maestro se da cuenta que la cumbre del progreso iniciático no es otra cosa que vivir la realidad, una realidad plena y armónica que existe y habita en nuestro propio interior, en lo más profundo de nuestra Piedra: nuestro Diamante por exteriorizar.
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9 y último del Rito Moderno o Francés
M.·. I.·.
Director de la Academia Internacional del la Vª Orden del Rito Moderno
Unión Masónica Universal del Rito Moderno
Miembro del Sublime Consejo del Rito Moderno para el Ecuador
Miembro de la Gran Logia Mixta de los Andes Ecuatoriales