Consideraciones sobre el libro "AIÓN. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo"

Por Joseantonio

Recuperamos un texto, escrito por Enrique Galán Santamaría, sobre la traducción del libro de C. G. Jung, "Aión. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo". Interesante por la síntesis que D. Enrique realiza de esta obra fundamental de C. G. Jung, e importante porque apunta ciertos errores lamentables en la traducción al español de este nuevo volumen de las Obras Completas de C. G. Jung.

Al estudioso de las obras de C. G. Jung este tipo de errores de traducción le son especialmente penosos, porque le obligan a tener que realizar un doble trabajo de búsqueda y revisión de términos en diccionarios y/o en textos antiguos, dada la poca fiabilidad del texto traducido. Errores parecidos hemos encontrado nosotros en algunos textos publicados por la Editorial Kairós, como por ejemplo en el libro de David Peat, "Sincronicidad. Puente entre materia y espíritu", donde se confunden los términos "sincrónico" y "sincronístico" o se traducen los términos "sensación" por "sentimiento", por mencionar sólo dos de los más flagrantes. Parafraseando a Enrique esperemos que tanto la Editorial Trotta, como la Editorial Kairós, tan loables por muchas razones que exceden ampliamente la temática junguiana, no se permitan estos desfallecimientos.


Estructura del sí-mismo. C.G. Jung. Aion. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo. Trad. C. Martín. Obra completa, vol. 9/2. Trotta Ed. 2011. 322 páginas.


En una feliz coincidencia, el volumen 9/2 de la Obra completa (OC) de
Jung, que viene publicando desde 1999 la Editorial madrileña Trotta, ha
llegado a nuestras librerías el mismo año que El libro rojo de C.G Jung (El hilo
de Ariadna, Ed.). Porque si hay algún libro científico del psiquiatra suizo
relacionado con ese trabajo suyo de imaginación activa es este texto
fundamental que constituye una monografía sobre el sí-mismo. Ambos tratan
de la problemática surgida en un mundo post-cristiano y ofrecen una
respuesta a la desesperación del individuo desarraigado de su orden simbólico
y anegado por la ideología estadística de ese hombre-masa conocido hoy como
'consumidor': autoconocimiento, contacto con los "símbolos instrumentales"
(cuentos populares y dogmas religiosos) e individuación (diferenciación e
integración de los contenidos psíquicos).


Nuestro autor no se deja engañar, y como descubrió en esa
confrontación con su inconsciente que es El libro rojo, "hay que hablar de
Cristo, porque es el mito todavía vivo de nuestra cultura. Es nuestro héroe
cultural que, independientemente de su existencia histórica, encarna el mito
del hombre divino primigenio, del místico Adán" (§ 69). Por el contrario, "el
paganismo primitivo, [...] con la forma económica que le es propia, la
esclavitud, ha podido apoderarse de nuevo de gran parte de Europa" (§ 273).
Jung escribe cinco años después del final de la II Guerra Mundial, con una
Europa dividida bajo el dominio de dos potencias opuestas: el totalitario
estalinismo ruso, iniciado ya en su estela el horror maoísta, y el imperialismo
depredador del capitalismo estadounidense, dominante internacionalmente a
partir de entonces.


En suma, Aion (1951) ofrece la versión final del concepto junguiano de
sí-mismo, como Mysterium coniunctionis (1955-56) es la presentación más
acabada del proceso de individuación, la realización consciente del sí-mismo.
Estos dos títulos sintetizan y contienen así el pensamiento de madurez de
Jung.


Sobre la traducción en 1986 la Editorial Paidós publicó una primera traducción a nuestro idioma de Aion, debida al filólogo Julio Balderrama, quien salió airoso del
reto. Aunque se trata de la traducción del volumen 9/2 de las Gesammelte
Werke, su edición no sigue los criterios propios de la Obra completa. Que sí
debían haberse utilizado en esta nueva traducción, según fueron fijados en su
día por el Comité Científico de la Fundación Carl Gustav Jung de España y
puestos en práctica en la edición de los volúmenes publicados entre 1999 y
2006 (1, 15, 4, 10, 14, 9/1, 8, 12 y 16).


Carlos Martín, el traductor de este volumen 9/2, lo es también del
volumen 10 (2001), de un estilo muy diferente, aunque ello no debería servir
de excusa para los muchos errores que encontramos en esta traducción. Antes
de nada, es incomprensible que el traductor (o quien haya ejercido de editor
de esta traducción) no haya tenido en cuenta las decisiones tomadas para la
edición de los volúmenes 12 y 14 respecto a la traducción a las lenguas
vernáculas de los nombres de alquimistas y médicos que firmaron sus textos
en latín con su nombre latinizado, así como en lo relativo a los títulos de sus
escritos.


Siendo esto grave, pues crea discordancias dentro de la propia OC y
dificulta la elaboración del volumen 20 (Índices generales de la Obra completa),
más chocantes resultan otras incorrecciones, que revelan sobre todo incultura.
Es penoso tener que escribirlo, y no es este el lugar para establecer una lista
exhaustiva. Bastará señalar las más llamativas.


Lamento tener que referirme a este asunto, aunque sea de modo
puramente descriptivo y ejemplarizante. El proyecto de edición de la Obra
completa de Jung, que permitió una intensa colaboración entre la Fundación
Carl Gustav Jung de España y la Editorial Trotta, fijó entre 1996 y 2006 una
serie de criterios de edición que se han revelado fructíferos. Esta edición de
Aion evidencia el peligro de no seguirlos. Con ello, la oferta por parte de la
Fundación de homologar a través de la OC la traducción de Jung al castellano,
resolviendo los muchos problemas presentados por las anteriores ediciones
parciales de su obras, es arrojada a la basura. Sin que nadie gane. Esperemos
que la Editorial Trotta, tan loable por muchas razones que exceden
ampliamente la temática junguiana, no se permita estos desfallecimientos.