De lo único que puede haber en exceso es de justicia.
Como la libertad de uno termina donde empieza la de otro, si un régimen permite que la libertad se expanda sin freno ello convertirá, a quienes ejerciten esa libertad sin freno, en opresores de otros.
Respecto al orden, hay en el ser humano instintos anárquicos a los que debe permitirse expresarse, dentro del orden. Si el orden se da en exceso y reprime la expresión de dichos instintos, degenera en tiránico.
Respecto a la justicia, es lo único que puede darse en exceso, pues un exceso de justicia (de auténtica justicia) sólo puede perjudicar a los injustos.
Estatua de la Justicia, de 1543, en la Fuente de la Justicia de Berna (Suiza)