Consolas portátiles que fracasaron (IV): Tiger Game.com

Por Juan Carlos Fernández

Quizás una de las consolas portátiles más desconocidas y con perfil más diferenciado. Un claro ejemplo de una buena idea mal ejecutada o, quizás, ejecutada en un momento en que la tecnología accesible no permitía hacerlo.

Tiger, empresa especializada en pantallas LCD, decidió a finales de los 90 sacar su propia consola portátil para plantar cara a una Game Boy que, tras 10 años en el mercado, lo seguía dominando. Así, en 1997 lanza esta Game.com con ciertos aspectos novedosos y que la diferenciaban en gran medida de la portátil de Nintendo y, por supuesto, la de Game Gear.

Para empezar, no debemos perder de vista que estamos ante una consola de 8 bits lo cual, para haber sido lanzada en 1997, quedaba ya algo obsoleta. Eso ya nos hace comprender que Tiger se enfocaba únicamente en ofrecer una alternativa a la Game Boy con una serie de características adicionales y a un precio muy bajo (salió por unos 70 dólares).

En este sentido, lo primero que llama la atención es que su pantalla era táctil e incorporaba un lápiz óptico, no para los juegos, sino para todo el conjunto de funcionalidades extra que traía, como agenda, calculadora y calendario. Y es ahí donde Tiger quería destacar, en ofrecer una consola pero al mismo tiempo una PDA por el mismo precio, enfocándose por lo tanto a un público más adulto.

Asimismo, nos encontramos ante la primera consola portátil con acceso a internet (de ahí su nombre), si bien ese acceso era algo complicado, ya que había que conectarse a través de un modem externo por medio del correspondiente cable. Era un acceso exclusivo (ISP) que no servía para jugar online, sino para correo electrónico, acceso web sólo de texto y guardar partidas.

Muy bien, se podía utilizar como PDA pero, ¿servía también para jugar? Evidentemente, servía, pero estaba algo limitada desde un triple frente.

  • Por un lado, la pantalla no era en color sino en blanco y negro, admitiendo hasta 4 escalas de grises y sin retroiluminación. Sin duda un error imperdonable cuando ya existía la Game Gear en color (por no hablar de la Lynx) y la Game Boy Color estaba a punto de salir. De igual forma, quizás por el lento procesador quizás por la pantalla, algunos juegos corrían lentos y se llegaban a ver borrosos en ocasiones.
  • Las pilas (cuatro AA), a pesar de la pantalla en blanco y negro, no duraban demasiado, agotándose en unas 4-6 horas, poco más que la Game Gear.
  • El catálogo de juegos fue escaso, llegando como mucho a 20 títulos, si bien es cierto que contó con famosas sagas, al contar con licencias como Resident Evil, Mortal Kombat o Duke Nukem.

En definitiva, la Game.com no pasó de ser un intento fallido de plantar cara a Game Boy con unos elementos que, quizás, no servían para este propósito. La portátil de Nintendo tenía un público muy amplio, gozaba de una inmensa popularidad y su catálogo de juegos en el momento en que salió la consola de Tiger era brutal. El hecho de añadir funcionalidades más enfocadas a un público adulto no parece que fuera a robarle parte del mercado.

Tiger lo siguió intentando, y sacó otras dos versiones de la consola, la Game.com Pocket Pro, que era básicamente la misma consola pero con retroiluminación y con sólo dos pilas AA en lugar de cuatro, y la Game.com Pocket, mucho más pequeña y ligera.

La consecuencia de todo ello fue clara. Menos de 300.000 unidades vendidas y ser considerada, por muchos medios especializados, como una de las peores consolas de la historia.

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