Recogen PlayStation (todas las versiones), consolas de Nintendo, Xbox y todo tipo de consolas usadas para niños enfermos de cáncer y las distribuyen en hospitales con zona de oncología infantil.
Su misión es, oficialmente, "ayudar a los niños a pasar el mal trago de las sesiones de quimio y conseguir que se olviden de la enfermedad, aunque sólo sea por un ratito..."
Una excelente propuesta a la que muchos podréis pensar...
Fuente: El Mundo