Foto de Internet. Perdido en la Inmensidad.
El domingo la televisión, radio, internete y en general cualquier medio sin olvidar las redes sociales se hacían eco de lo que era un acontecimiento consumadísimo. El triunfo de la Eta era patente y nada se podía hacer ya para remediarlo. Quedaba así consumada la venganza del abuelete de zETAparo que debío de haber encomendado a su nieto algo así cómo ser las mil quinientas plagas del Antiguo Testamento concentrado en una única, por llamarlo algo, persona. Y es que desde que un atentado terrorista, el peor por cierto, de la Historia de España, lo aupó a la presidencia del gobierno, los más avispados ya sabían que España, nuestra España, dejaría de serlo tal y cómo la conocíamos para pasar a ser una suerte de Yugoslavia garrulla en la que cada soberana Taifa tirara para su lado verbigracia del de la Ceja. Se puede decir que un menda que ha conseguido, siendo mediocre entre los mediocres, desgobernarnos casi ocho años, jubilarse con ciento cuarenta mil euros y cascarse un curro cómo el del Consejo de Estado sin servir absolutamente para nada dice mucho de la clase de país que sómos. Más información »