Construye tu huerto mini con y para niños

Por Pasa La Risa Pasa La Risa C.b. @PasaLaRisa

José Miguel Alonso Rodrigo

Desde muy peques, todo hemos hecho crecer judías y lentejas, rodeándolo de un esponjoso algodón y arropándolo con una robusta sábana en forma de envase de yogur. Hemos visto los frutos de nuestro trabajo y nos hemos hermanado con la naturaleza tras este taller.

Esta asignatura, aprobada en nuestra generación, ha ido desapareciendo con la entrada del nuevo siglo, sus formatos nuevos de educación y la tecnología.

¿Qué os parece recuperar esta bonita actividad? Sacamos del trastero un pequeño taller, destinado a continuar poniendo de moda, esta gran actividad, que grandes y pequeños llevan tanto tiempo practicando, el huerting urbano y ¡en casa! Y como nos dedicamos a los niños, os contamos porqué incluirles en el taller.

El porqué de tener un huerto

La actividad del huerto urbano se puso de moda hará por la guerra mundial, ya os comentamos que estaba de moda en nuestro anterior post sobre agricultura ecológica Agrohipster (no dejes de leerlo). Tan poco conocida en las ciudadelas de grandes torres de metal y hormigón, los huerto urbanos crean puntos verdes en medio del gris, y su expansión por este entorno esta cambiando la percepción de lo que los núcleos urbanos modernos necesitan para sobrevivir y ser sanos y útiles.

Muchas entidades sociales y organizaciones gubernamentales han destinado miles de euros para mejorar la sensibilización ciudadana de la horticultura y agricultura ecológica como una actividad sana y educativa. ¡Y no íbamos a ser menos!

Según la FAO (los de agricultura y alimentación de la ONU), los huertos, y su actividad, ya sea en el cole o en casa, son una plataforma de aprendizaje muy útil para mejorar la educación y la nutrición infantil, fomentando, a la vez, la conservación del medio ambiente y el bienestar social, físico y mental en la comunidad. Vamos que ¿porqué no practicamos el huerting a diario en vez de hacer deporte?

Beneficios y más beneficios

Bromas aparte, a todos los beneficios que la FAO ya ha mencionado, debemos añadir unos cuantos más:

  1. Imparte una enseñanza activa vinculada a la agricultura ecológica tanto en el juego y el esparcimiento, como en otras materias del plan educativo, como las mates, biología, lectura o escritura. además mejora aptitudes como el trabajo en equipo, o valores como la convivencia, participación y colaboración, y sin dejarnos la creatividad y el aumento de la inteligencia. ¡Toda una herramienta pedagógica!
  2. Mejora la actividad y los conocimientos sobre la vida rural y la agricultura.
  3. Ofrece a los infantes una herramienta de supervivencia y apoyo a la economía familiar en épocas de estrés económico.
  4. Promueve el desarrollo vital de niños y jóvenes con una generosa transmisión de conocimientos.
  5. Y sobre todo mejora el entorno urbano y su sostenibilidad.

Y como lo que mola es plantar... Pongámonos a ello con pequeños gestos. Podéis empezar por estos.

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