Con un espejo principal de 42 metros de diámetro, mucho más grande que cualquier otro telescopio óptico actualmente en operaciones, el E-ELT será el "ojo más grande del mundo en el cielo". Ello le proporcionará un poder sin precedentes para observar objetos tenues y lejanos en el cielo.
El E-ELT abordará los mayores desafíos científicos de nuestro tiempo y se espera que consiga notables primicias, incluyendo el seguimiento de planetas similares a la Tierra que están alrededor de otras estrellas en las "zonas habitables" donde podría existir vida: uno de los Santos Griales de la astronomía observacional moderna. También realizará "arqueología estelar" en galaxias cercanas así como contribuciones fundamentales a la cosmología a través de la medición de las propiedades de las primeras estrellas y galaxias e investigando la naturaleza de la materia y energía oscuras. Más aún, los astrónomos están preparándose para lo inesperado: preguntas nuevas e imprevisibles que seguramente surgirán a partir de los descubrimientos que se harán con el E-ELT. Un telescopio que podría revolucionar nuestra percepción del Universo, tal como lo hizo el telescopio de Galileo hace 400 años.
Levantar el complejo del E-ELT es una hazaña de ingeniería mayor. Debido al tamaño del equipo que debe ir dentro, la cúpula móvil de la instalación debe tener más de 80 metros de altura: similar a la de la cúpula de la Catedral de St Paul en Londres.
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