La alfalfa se ha agotado, pues si bien resiste los cortes periódicos de 40-50cm. de altura que se le hacen para cosecharla, no es capaz de soportar los cortes repetidos a menos de 10 cm. de altura, y ha desaparecido prácticamente. Además, la alfalfa es capaz de acumular mucho nitrógeno en su propio organismo, de modo que al dejar sus restos en el campo, se produce un abonado natural. Esto ha marcado una gran diferencia con el otoño pasado, cuando todavía estaba la tierra sujeta a la producción, y el cambio ha sido más que considerable. De momento, han aparecido cientos de setas de la especie Volvariella gloiocephala, (foto de encabezamiento) que según la bibliografía es indicadora de suelos ricos en nitrógeno y bien abonados, creciendo bien sobre materia vegetal en descomposición.
Otro tema pendiente en mi suelo es el de las lombrices. Tan apenas hay lombrices y eso me parece grave. Indica esta circunstancia la ausencia total de materia orgánica en el suelo, apareciendo este tan estéril como pueda ser un adobe. Como he dicho, la práctica del mulchig ha cambiado bastante el aspecto del suelo. Si se buscan, se encuentran indicios de presencia de lombrices de buen tamaño. Espero que al año que viene para estas fechas dispongamos de una población de lombrices más razonable.