Consuelo Fraga, un modo de esperar que hierva el agua...

Por Griseldagarcia

Consuelo Fraga, El juego de la Oca


De las arañas 

mi tía abuela decía
-como yo de las penas- 
no importa, hay que matarlas
de chiquitas
si no, se vienen grandes y te pican.

A María Luisa

le gustaba la farra,
pintarse, salir con amigos
ir al casino y las novelas
de Agatha Christie.

Hacía ñoquis

y antes de echarlos al agua
los contaba de a uno
con las esperanza de arrancarles
algún día, el numerito ganador.

La quiniela es más difícil

que matar a un burro a pellizcones.
Era su pasatiempo de invierno,
la verdadera joda venía después,
de diciembre a marzo
metiendo ficha en la rula.

Números lindos

el diecisiete, el veintiuno...
Números feos, el cero, sobre todo.

Feo es ser gorda y pobre

decía, a veces, como aburrida.
Vaya a saber si ésa era su pena,
o simplemente un chiste,
una ironía, un modo de esperar
que hierva el agua. 
Consuelo Fraga (Buenos Aires, 1969), Stabat mater. Ediciones Del Dock. Buenos Aires. 2013.