Consultoría artesana. Navegando a gusto en la incertidumbre

Estos pasados 22 y 23 de febrero tuve la suerte de asistir a mi primera reunión de Consultoría Artesana en Izada, Madrid. Ya era la quinta edición (#Redca5) pero este fue mi bautismo. Como primerizo reconozco que el encuentro tuvo algo de iniciación, de aterrizaje en un entorno admirado un poco desde la distancia. Yo siempre he sido un absoluto convencido de este modelo de consultoría, y veía con mucho respeto a este grupo de profesionales que habían tenido la decisión de dar el paso y poner negro sobre blanco esas ideas que siempre circulaban por mi cabeza. Y la verdad es que las expectativas no se vieron defraudadas, con dos días de un brainstorming permanente, una vendita anarquía que te hacía revolucionar tu cerebro más allá de lo habitual. Gracias, por tanto, a José Miguel Bolívar, Antonio José Masiá, Manel Muntada, Amalio Rey, María Jesús Salido, Asier Gallastegi, Juanjo Brizuela y Julen Iturbe por la generosidad y la amistad.

Pero después de esta introducción sentimental y personal vamos “al lío”. Hay una cosa que a mí me quedó clara: vivimos en un momento de incertidumbre, y eso nos atrae. Es decir, las incógnitas, la ruptura de lo tradicional y la aparición de nuevas maneras de hacer las cosas nos gusta porque abre el foco hacia nuevas opciones. Un poco contradictorio que un “artesano”, oficio tradicional, se ponga ropajes de novedad e innovación. Porque la consultoría artesana apuesta por la innovación y la gestión centrada en el ser humano, alejándose de procesos ortodoxos y rígidos que hacen a las personas autómatas con limitado poder de decisión. Taylor hace tiempo que debería haber pasado a la historia.

Bien, vale, estamos de acuerdo, hay que hacer las cosas de manera distinta, ¿pero por dónde empezamos? Ya hace unos años se escribió la Declaración de Consultoría Artesana, base del “movimiento”. Un magnífico trabajo de selección, ajuste y síntesis que ofrece muchas claves de por dónde han de ir los tiros. Y de hecho desde su creación se ha creado una red de personas que colaboran en proyectos concretos que van saliendo de manera individual. Pero no había un proyecto común que saliera de una de estas reuniones, un proyecto con objetivos transformadores (si, ¿por qué no? Hay que se ambicioso) y que ayudara a difundir y trasladar este modo de hacer a las empresas. “Hay necesidad en las empresas”, se dijo durante las reuniones. Yo estoy completamente de acuerdo.

Sinceramente creo que el movimiento de Consultoría Artesana cuadra perfectamente con algunas metodologías que se están imponiendo o difundiendo últimamente (Design Thinking, Empresa Abierta, Lean Startup…) por eso me pareció tan natural que se decidiera lanzar un proyecto piloto para a partir de ahí ir mejorando. Aprender haciendo. Como dice Julen “#redca es un movimiento magmático que tiene que ir encontrando salidas”. Y ese magma sale tratando de ofrecer formas distintas.

Por eso la idea es diseñar una serie de encuentros en los que ofrecer visiones distintas a los problemas de siempre. Porque no nos engañemos, los problemas son los mismos, pero la manera de solucionarlos cambia, o debe cambiar. El objetivo es que antes del verano seamos capaces de poner en marcha el primer encuentro y a partir de ahí ir mejorando y poner en marcha los siguientes.

¿Queremos posicionarnos en el mercado? Por supuesto, pero creemos firmemente que tenemos un discurso distinto, o al menos nos hacemos las preguntas de otra manera. Apostamos por las redes, por las personas como el centro de las organizaciones, por la personalización de los proyectos y huimos de las soluciones estándar.

Hay una pregunta clave en todo esto que se hace muy bien Juanjo y salió en la conversación, ¿existen los clientes artesanos? Él ya responde que sí, y estoy de acuerdo, existen esos clientes que buscan otra manera de hacer las cosas, que esperan un trato personalizado, la artesanía y no la economía de escala. Hacia ellos van estos encuentros, y a ellos los esperamos. Iremos informando con tiempo.

Algunas reflexiones más sobre estos dos días de #Redca5. No se habló en ningún momento de herramientas tecnológicas ni redes sociales. Sólo se habló de personas, de relaciones y maneras de comunicarse. Creo que es reconfortante que en un momento como el actual, en el que parece que todo proyecto, acción o empresa ha de estar centrada en la tecnología seamos capaces de cambiar el foco y ponerlo en el ser humano. Lo he dicho otras veces, la tecnología es importante, fundamental si quieres, pero no es el centro de la reflexión.

Como he dicho antes, fueron dos sesiones de una vendita anarquía. Cuando se proponía una metodología o una forma de organizarnos saltaba por los aires al momento cuando nos enzarzábamos en algún debate. Era un fantástico árbol de ideas que no se sabía la forma que tendría al final pero que todos estábamos seguros de que sería asombrosamente frondoso.

Esta anarquía no impedía el mayor rigor en la construcción del proyecto. Más bien al contrario, podíamos entrar en un intenso debate por cosas que pudieran parecer nimias pero que eran fundamentales para el proyecto… para pasar acto seguido a hablar de otra cosa que alguien dejaba encima de la mesa. Como he dicho un constante brainstorming.

Para terminar os dejo una serie de materiales que han subido los miembros de #Redca5

Storify de José Miguel.

Artículo de Julen.

Artículo de Juanjo.

Álbum de fotos de Amalio en Flickr

Vídeo de Asier

La imagen que encabeza el post es de Cumclavis

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