Se desconoce si es el pescado el responsable, pero los autores aseguran que el hallazgo refuerza la recomendación de que las embarazadas coman pescado dos veces por semana.
El estudio, publicado en la revista Obstetrics & Gynecology, incluyó 852 embarazadas con alto riesgo de dar a luz un bebé prematuro porque ya habían tenido un parto antes de término.
El 70 por ciento dijo que comía por lo menos media porción de pescado por semana en los primeros cuatro a cinco meses de embarazo. El 36 por ciento de ellas tuvo un parto prematuro, comparado con el 49 por ciento del grupo que comía pescado una vez por mes.
En general, las consumidoras de dos a tres porciones de pescado por semana eran un 40 por ciento menos propensas a tener un bebé prematuro que las que lo hacían menos de una vez por mes.
Pero no existen pruebas de que a mayor consumo de pescado haya menos riesgo de tener un parto prematuro, como lo confirmó el autor principal, doctor Mark A. Klebanoff, del Hospital Nacional de Niños de Columbus, en Ohio. De hecho, dijo que el beneficio no deriva del pescado.
"El pescado tiene beneficios para la salud, pero la reducción del riesgo de tener un parto prematuro no es necesariamente uno de sus efectos", indicó.
Aun así, destacó que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés) y el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomiendan que las embarazadas consuman hasta dos porciones de pescado por semana.
Es porque suele considerarse una opción saludable como fuente de ácidos grasos omega 3. Pero también suele estar contaminado con rastros de mercurio, que puede dañar el sistema nervioso fetal en desarrollo.
Entonces, el consejo para las embarazadas es elegir los pescados con bajo contenido de mercurio, como el atún en lata, el salmón y los camarones, y no consumir más de un par de porciones por semana. Deben evitar pescados como tiburón, pez espada, caballa y blanquillo.
"Los resultados coinciden con las recomendaciones oficiales y del ACOG", dijo Klebanoff.
Las participantes habían formado parte de un ensayo clínico para conocer si los suplementos con omega 3 reducen el riesgo de tener un parto prematuro en mujeres de alto riesgo. Y el resultado fue que no había diferencia entre los ácidos grasos y el placebo.
Entonces, ¿por qué el pescado, pero no los suplementos, reducirían el riesgo? Una posibilidad, respondió Klebanoff, es que influirían otros nutrientes del pescado. Otra es que, en aquél ensayo, las embarazadas comenzaron a usar omega 3 demasiado tarde (entre las semanas 16 y 21 de gestación).
Lo importante, según Klebanoff, es que los resultados respaldan las guías que indican que las embarazadas consuman un par de porciones de pescado sin mercurio por semana. Se desconoce si los resultados se pueden extender a las mujeres con bajo riesgo de tener un parto prematuro.
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