Este conjunto de consecuencias negativas han sido recogidas por el periodista Richard Louv en el término Trastorno por déficit de naturaleza[ii]. Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos si el contacto con la naturaleza es tan necesario para los niños como intuitivamente se afirma. Con el objetivo de responder a esta cuestión, José Antonio Corraliza (Universidad Autónoma de Madrid) y la autora de este texto hemos llevado a cabo una serie de investigaciones con casi 2.000 niños de entre 6 y 13 años, de áreas rurales y urbanas. Partiendo del enfoque de la Psicología Ambiental[iii], estos trabajos se centran en los efectos positivos que las experiencias directas e indirectas (por ejemplo, a través de conversaciones con los padres) de contacto con la naturaleza tienen tanto para el bienestar de los niños y niñas como para la promoción de hábitos de vida sostenibles. Los principales hallazgos de estos estudios han sido recogidos en el libro Conciencia ecológica y bienestar en la infancia[iv], publicado recientemente. La obra deja atrás el enfoque negativo de la psicología, centrado en los perjuicios que aparecen de falta de experiencias positivas en la naturaleza, y focaliza la atención en los beneficios derivados del contacto con el medio natural para la población infantil. En el libro se combina la discusión de teorías relevantes en el ámbito de la psicología ambiental y la educación ambiental con la ampliación del conocimiento científico a través de los resultados de los diversos trabajos de investigación. Los principales hallazgos son:
- La cantidad de naturaleza cercana al lugar de residencia de los niños y niñas les ayuda a afrontar eventos estresantes, tales como que sus padres discutan delante de ellos.
- El nivel de naturaleza cercana al centro educativo y dentro del mismo promueve mecanismos de restauración del equilibrio psicológico lo cual ayuda a los niños, entre otras cosas, a poner los problemas diarios (por ejemplo, no tener tiempo para hacer los deberes) en perspectiva y, en consecuencia, sufren menores niveles de estrés.
- Los niños reconocen los beneficios psicológicos ligados al contacto y/o contemplación de la naturaleza, evaluando más positivamente los patios escolares con mayor presencia de elementos naturales que aquellos que no tienen naturaleza.
- La experiencia prolongada en entornos naturales, por ejemplo a través de campamentos de verano, deriva en un incremento de las actitudes a favor del medio ambiente de los niños, así como en mayores intenciones de llevar a cabo conductas sostenibles.
- El bienestar psicológico producido por el contacto con la naturaleza promueve en los niños la realización de conductas respetuosas con el entorno natural, como por ejemplo reciclar.
- [i] UN-Habitat (2010). State of the World’s Cities 2010/2011: Bridging the Urban Divine.
- [ii] Louv, R. (2008). The last child in the woods. Algoquin Books:Chaspel Hill NC.
- [iii] Disciplina que encarga del estudio de la relación persona-ambiente
- [iv] Collado, S. y Corraliza, J. A. (2016). Conciencia ecológica y bienestar en la infancia. Efectos de la relación con la Naturaleza. Madrid, España: EDITORIAL CCS (Colección CAMPUS)