Muchas veces empleamos en la vida cotidiana el "me lo sé de memoria" para dar a entender que podemos repetir con exactitud cierta información: un número de teléfono, una dirección postal, un verso aprendido en la escuela, la letra de una canción y su melodía, una receta, el abecedario... la lista sería interminable. Y podemos repetir estos datos justamente porque los hemos REPETIDO con una cierta frecuencia en el tiempo. Ahora bien, repetir no siempre es igual que saber. Si, por ejemplo, tenemos que estudiar el modelo agroexportador para un examen de historia y repetimos cien veces el texto que figura en el libro, posiblemente logremos decirlo pero, ¿eso es saber y comprender qué significa el hecho histórico? Por el contrario, supongamos que debemos rendir un examen de biología y debemos estudiar el sistema osteoartromuscular y dar cuenta de los casi 650 músculos, 208 huesos y 360 articulaciones de nuestro cuerpo, seguramente tendremos que repetir y repetir y repetir hasta grabar todos esos datos en la memoria.
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