Contar una buena historia por Patricia Valencia

Por Mariodehtercom

¿Cuántas veces te ha fascinado una buena historia?

¿Cuántas veces te has quedado hasta muy tarde leyendo una novela que “no podías” esperar para terminar de leerla al día siguiente, o para ver una película que no has podido interrumpir? ¿Cuántas veces te has inspirado al escuchar la historia de éxito de alguien a quien no conocías?

No cabe duda que las historias pueden cambiar nuestra forma de pensar, de actuar y sentir.

Tú puedes utilizar el poder de una buena historia para influir y motivar a la gente en tu trabajo, entre tus relaciones sociales e incluso dentro de tu familia. Las historias pueden inspirar nuevas emociones, pueden ayudar a comprender nuevos problemas que hay que resolver y pueden motivar a actuar.

Las buenas historias pueden irrumpir dentro de culturas organizacionales cerradas, rompiendo las barreras del miedo al cambio o la resistencia a asumir nuevos desafíos; incluso, las buenas historias, pueden convertir una mala situación en una buena experiencia de aprendizaje.

Las historias pueden capturar nuestra imaginación y motivarnos para desempeñar comportamientos que los hechos fríos y los datos duros no son capaces de estimular.

Los grandes líderes saben esto; muchos empresarios, líderes de equipos de alto rendimiento y políticos exitosos hoy en día utilizan historias para ilustrar los puntos fuertes de sus planes y para vender sus ideas a las personas que les rodean.

Así que, ¿quieres ser una persona que motiva y persuade a quienes trabajan contigo? ¿Quieres poder estimular a las personas que te rodean cuando están afligidas o necesitan tomar una decisión difícil?

Si es así: aprende cómo contar una buena historia. Pero, ¿cómo? ¿Cuándo se debe contar una historia, y ¿cómo saber qué tipo de historia contar para obtener los resultados que tú deseas lograr? ¿Cómo gestionar las relaciones interpersonales y los cambios actitudinales desde la narración de historias?

Paso a paso… pronto más. En principio: procura comprender las diferencias entre las personas, más que a juzgarlas simplemente por lo que ellas opinan o hacen.