“Pero aquello era distinto, parecía no haber unas reglas concretas y , por primera vez en su vida, se dio cuenta que la gente realmente disfrutaba en una fiesta”
Leyendo la novela de Silvia Grijalba no he podido evitar pensar en el amor, en el desamor, en el despecho y las cosas que hacemos por ello. No me gustaría destripar el libro, pero han de saber que es un libro de amor, de amores que llenan el aire como si love in the air fuese su banda sonora. Es un libro que habla del amor y el lujo; el amor y el crack del 29; el amor y las dudas; el amor y Mª Luisa; el amor y Cuba; el amor y España. Los diferentes modos de vida de una sociedad y otra allá por 1930.Pero también he visto una mujer capaz de reinventarse a sí misma, de crecer y tomar las riendas de su propia vida, y quizá sea esto lo que más me ha gustado de la novela. Y es que me he imaginado a esa mujer en 1930 renunciando a un matrimonio ventajoso y creando su vida de la nada. Supongo que es una mujer muy especial y se nota. La autora confiesa que es un libro sobre su abuela, todo lo biográfico que la ficción permite. Creo que a ella el libro le ha servido para recuperar su pasado y enfrentar su futuro. A mí, me ha servido para reencontrarme con una vida que no conocía, el lujo de las fiestas en EEUU y España, la sociedad cubana abierta, divertida y dispuesta a dar el gran salto, el crack del 29 y los parados en La Quinta Avenida, los matrimonios por conveniencia, que se vea natural vender el amor a cambio de estabilidad. Y frente a esa sociedad Mª Luisa es capaz de cambiar su destino con una decisión imagino que terrible y montar un negocio propio. No parece tan complicado, pero lo es. Es un libro veraniego, perfecto para llevar a la piscina, sin muchas complicaciones y con una historia quizá conocida, quizá previsible pero que funciona muy bien. No en vano ha recibido el Premio de Novela Fernando Lara. Supongo que es uno de esos libros que se venden bien y que pese a lo conocido nos hablan del tema perfecto: el amor y nos plantean las dudas de qué haríamos nosotros por el amor arrebatador. Necesitamos enamorarnos, unos más y otros menos. Nos gusta que nos cuenten esas historias de lujo y de amor, de cartas que se pasan por debajo de la mesa y que las criadas recogen y van a llevar a una dama en camisón de Balenciaga tumbada en la siesta. Nos gusta imaginarnos la vida del lujo newyorkino, pensar en el Central Park de entonces, cuando eran pocos quienes se alojaban en el Astoria, en el color turquesa y en los moños perfectos, arreglados por una peluquera cada día que salían. Nos gusta ver bajo un cristal que no conocemos. Incluso imaginarnos allí tumbadas, recibiendo halagos y bombones. Gustamos de comparar sus vidas y las nuestras.Aunque solo sea por descubrir esa mujer, merece la pena leer el libro.