La historia ya no es igual. Despues de escribir la primera parte, ha pasado frente a mi casa. Aunque se vea mayor es un niño todavía. Ríe y silba como un crío.
Pasó frente a mi casa y le sonreí. El también pero no ampliamente, sino con una sonrisa cerrada. Aún no sé si me haya visto.
Pues el lunes también lo vi. Esta vez ya no me mira con sonrisa, ya no es conmigo. Busca a un amigo que le ha dicho que parece de la «otra banqueta» ustedes entienden, y eso le hizo sentir mal. El amigo dijo eso acerca de él, por que le habla mucho y lo abraza.
Lo molestaron con una chica, diciéndole a ella que Mu dijo que es muy linda. Y el cambiaba el tema, muy sonrojado, claro que le gustan las chicas. Solo al recordar la forma en que me mira. Y por mis desprecios cambió conmigo.
En fin a otra chica se le cayó algo, y el lo recogió, yo le dije que es un caballero, felicitándolo. No sé que expresión mostró. Pero me acerqué después a su lugar, estaba muy nervioso y se reía. Quería demostrarle que no lo he despreciado.
Luego el se acercó a mi, para preguntarme algo. Pero sentí su perfume, se siente tan bien. No me podría imaginar que en la noche otra vez pasara por mi casa.
Luego el martes que necesitaba entregarme algo, me lo da, muy nervioso, cuando me da el objeto, lo sostengo y me doy cuenta que está mojado, estaba sudando cuando me lo dio.
Me acerco y al notar su mirada es a mis ojos, nos miramos, pobre chico, que me quiere hablar con sus ojos. Veo una pena en sus ojos. No hace falta hablar para darme cuenta del dolor.
Pero cuando intento hablarle, se va, me responde brevemente y no quiere que le pregunte nada. Se incomoda. Pero mientras estoy frente a una pantalla, puedo verlo en el reflejo, va y viene, va y viene, no creo que sea por mi, o quizás si. Pero ya no se atreve a hablarme ni a mirarme. Continuará