Y es que dos titulares me llamaban la atención y los dos protagonizados por dirigentes de la coalición Izquierda Unida. Uno de ellos en El Día de Córdoba, que decía “Maíllo cree que la elección directa de alcaldes sería un <<golpe de estado franquista>>”; y el otro, publicado en el diario ABC de Córdoba, protagonizado por el coordinador provincial de IU en Córdoba, un tal Pedro García, y que titulaba “los que gobernaremos en 2015 no queremos comernos el marrón del Centro de Congresos”.
Vamos por partes. Resulta que para el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, el hecho de que se elijan a los alcaldes directamente por los ciudadanos es un “golpe de estado franquista”, es decir, le da igual que esta reforma de la ley electoral se haga de forma legal, atendiendo a los requisitos establecidos en nuestras leyes y por las Cortes Generales, pero como al Sr. Maíllo no le interesa esta reforma pues la tacha de golpe de estado franquista. Se olvida el líder de IU que en muchos países de nuestro entorno, y en las democracias más avanzadas, los alcaldes son elegidos de forma directa por los votantes, por lo que pienso que no será tan negativo y, mucho menos, dictatorial.
Y luego tenemos al coordinador de Izquierda Unida en la provincia de Córdoba, que decía que “los que gobernaremos en 2015 no queremos comernos el marrón del Centro de Congresos”. Primero el Sr. García da a entender que en las próximas elecciones municipales volverán a la alcaldía de la Ciudad de los Califas, esperemos que no, por el bien de Córdoba; y luego vuelve a deslegitimar las decisiones de un gobierno municipal que cuenta con mayoría absoluta y que, por lo tanto, tiene plenas facultades para desarrollar la labor de gobierno en el Ayuntamiento cordobés. Pues no, para este señor, las decisiones en el consistorio se deberían paralizar, a la espera ya de mayo del 2015, por si a los ciudadanos les da por cambiar de alcalde.
Lo dicho, que continúan las calenturas de verano…