continuum…#9

Por Javierserrano
conexionesOlivier Messiaen  Quatour pour la fin du temps

Olivier Messiaen


… según la teoría de la ortoversión, dentro de algunos millones de años (se estima que entre 50 y 200) se formará Amasia, un continente gigantesco y nuevo, con centro en algún lugar del océano Ártico, y producto de la unión de América y Asia a través de una cordillera entre Alaska y Siberia. Los movimientos de masas terrestres empujarán a los actuales continentes hacia ese nuevo centro. Según las previsiones, las dos Américas terminarían por juntarse y luego se moverían hacia el norte hasta chocar con Europa y Asia en el actual Polo Norte, mientras que Australia se deslizaría, también hacia el norte, hasta juntarse con la India. Amasia, el supercontinente resultante, sería un continuum terrestre por el que los hombres, así como las especies animales y vegetales, podrían desplazarse de un lado a otro…
inmersión.(Del lat. immersĭo, -ōnis).1. f. Acción de introducir o introducirse algo en un fluido.2. f. Acción de introducir o introducirse plenamente alguien en un ambiente determinado.3. f. Acción y efecto de introducir o introducirse en un ámbito real o imaginario, en particular en el conocimiento de una lengua determinada.4. f. Astr. Entrada de un astro en el cono de sombra que proyecta otro.(Diccionario de la Lengua Española, vigésima segunda edición )  
… “yo creo en la inmortalidad del alma. Les daría el ejemplo del océano. El océano está compuesto por gotas de agua. Cada gota es una entidad pero a la vez es una parte de la totalidad” (Mahatma Gandhi)…
... la Deep Space Network (DSN, Red del Espacio Profundo, en español) es una red internacional de antenas que apoya las misiones de exploración que están siendo llevadas a cabo por naves interplanetarias, así como las observaciones astronómicas por radar y radio. La red también se encarga del apoyo a algunas misiones que orbitan en torno a la Tierra. El DSN se basa en tres complejos de comunicaciones situados aproximadamente a unos 120 grados el uno del otro, con enormes antenas parabólicas direccionables situadas en zonas semimontañosas y con forma de tazón para protegerlas de interferencias. Uno está en Goldstone (en el desierto californiano de Mojave), otro en Madrid, en Robledo de Chavela, y otro cerca de Canberra (Australia); su situación estratégica permite la observación constante de las naves espaciales, y convierte al DSN en el más importante y sensible sistema de telecomunicaciones científicas en todo el mundo. Esta comunicación en ambas direcciones es vital para el seguimiento de naves exploradoras espaciales no tripuladas que surcan el sistema solar. Gracias al DSN se puede obtener información valiosa como la posición, la velocidad, datos telemétricos, imágenes del espacio, así como transmitir órdenes a las naves espaciales…
… el músico francés Olivier Messiaen, uno más entre los combatientes de la Segunda Guerra Mundial, fue atrapado en 1940 por los alemanes y conducido a un campo de prisioneros en Silesia (Polonia): el Stalag VIII A. Por aquel entonces, Messiaen era un joven de 31 años, aficionado a la observación de los pájaros, que veía como repentinamente todos sus sueños eran encerrados en aquella jaula. Quizá por su afán de libertad o por hacer más llevadero el paso del tiempo, comienza a escribir (con el papel, lápiz y goma de borrar que un oficial alemán le pasa de contrabando) la que habría de ser una de sus obras más sobresalientes: Quatuor pour la fin du temps (“Cuarteto para el fin del tiempo”). El azar quiso que en condiciones similares a la suya hubiera otros tres prisioneros: un violinista, un cellista y un clarinetista, que junto al destartalado piano en que toca el propio Messiaen conformarán el cuarteto que habrá de interpretar un concierto singular en pleno campo de concentración, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Tras varios meses de ensayo, el 15 de enero de 1941 tiene lugar el esperado estreno en un barracón convertido en teatro, ante una audiencia inesperada de varios centenares de personas: oficiales alemanes sentados en primera fila, prisioneros de distinta procedencia y pelaje, reclusos en cuarentena, heridos... un público más habituado a los espectáculos de varietés que allí tenían lugar de vez en cuando. Incluso, como en los grandes salones de conciertos, se llegó a imprimir y distribuir entre todos los asistentes un programa de mano. Fuera, temperaturas bajo cero y nieve para hacer más desolador el lugar. Los músicos salen a escena, ataviados con extraños y harapientos trajes checos de color verde, y calzando zuecos. Pese al frío imperante que dificultaba la adecuada manipulación de los instrumentos, y a la dificultad por conseguir un poco del silencio necesario para la correcta escucha del concierto, este se desarrolla, probablemente ante la incomprensión del insólito auditorio, o quizá ocurre todo lo contrario y gracias a la audición de la música todos los asistentes, oficiales alemanes incluidos, se sumergen en una suerte de tregua musical que les permite evadirse durante un tiempo de las obligaciones y de los roles de la guerra. Según confesó el propio Messiaen, lo de “fin del tiempo” no aludía a la cercanía de la muerte ni a la estancia de aquellos hombres en el campo de concentración; se basaba en un pasaje del Apocalipsis de San Juan, y de lo que trata es de la eliminación del concepto de tiempo, de abolir el pasado y el futuro, como principio de la eternidad. Así transcurrió el que está considerado uno de los grandes estrenos del s. XX.    Finalizada la guerra y ya liberado, Messiaen habría de ejercer como profesor una gran influencia sobre compositores de la talla de Pierre Boulez, Iannis Xenaquis y Karlheinz Stockhausen. En el estado norteamericano de Utah hay un monte que lleva su nombre...