Los amos del mundo, como maestros titiriteros que son, manipulan a los gobiernos sobornando a los políticos corruptos para que dicten leyes que beneficien a sus grandes corporaciones, aunque dichas leyes hundan al pueblo en la miseria. Estas leyes son aprobadas por los diputados electos “democráticamente”, pero que no nos representan sino que obedecen las órdenes del jefe del partido, que es quién les ha puesto en la lista de un partido financiado por la gran banca de la que son deudores. Todos, al votar, participamos en esta farsa de democracia. Pero los gobiernos electos democráticamente gobiernan contra sus pueblos. A pesar de ser evidente que nos toman el pelo, nos roban y nos mienten, el pueblo les sigue votando, creyendo ingenuamente que votar es la prueba de que existe la democracia. Pero es justo lo contrario. Cuando votas, aunque votes en contra del rival, en realidad, mantienes en el poder al que te miente y te roba, porque todos lo hacen por igual. Si votas, no te quejes, porque tú has puesto en el poder al ladrón. Hace tiempo que los amos del mundo, liderados por el sionismo internacional, nos han declarado la guerra, la guerra total. La primera guerra es sin duda la guerra de la información, puesto que los amos del mundo controlan las televisiones y grandes medios de comunicación, las editoriales, Internet y las redes sociales, por lo que no se publicará y se perseguirá toda información que exponga la verdad y les pueda perjudicar en su plan de control total. A través del sistema bancario del dinero deuda, nos están haciendo la guerra económica, destrozando la economía de los países, fabricando artificialmente la inflación y luego la crisis, abriendo y cerrando el grifo del crédito a su antojo, y sumiendo a los países en deudas impagables cuya devolución se blinda retocando la Constitución. Primero pagamos la deuda, después, pagamos a los políticos y finalmente, si queda dinero, atenderemos las necesidades de la población, que es la que, con su impuestos, sostiene el tinglado. Nos han declarado la guerra de la educación, redactando programas educativos que destruyen nuestra capacidad de acción y transformando a los niños, naturalmente inteligentes y creativos, en una masa borrega, ignorante, desidiosa, perezosa, blanda, fofa, sin ideas ni imaginación. Los videojuegos y la televisión rematan la faena en horario extraescolar.
Ha llegado la hora de tomar conciencia de la dimensión de nuestra complicidad y pasar a la acción: No veas televisión Deja de ver cine hollywoodiense Deja de consumir drogas y alimentos tóxicos No seas tacaño con tu salud, come ecológico y productos locales No rompas la familia, no te separes, ama a tus hijos y edúcalos en los valores del Bien Deja de especular y sostener el sistema mafioso bancario, saca tu dinero papel del banco, financia proyectos positivos o compra oro
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No votes Todo eso es lo que los amos del mundo del Mal no quieren que hagas Por eso debes hacerlo. Porque es la manera de empezar a construir el mundo del Bien.