Todos conocemos a muchas Saos: esas empleadas de hogar que llegadas desde otros mundos se instalan en nuestras casas para cuidar de niños y mayores y constituyen el núcleo de unas familias en las que la madre ha pasado a ocupar otro papel. Un nuevo rol que sin ellas no sería posible. Actualmente hay en España 700.000 trabajadoras en este sector doméstico. De esa cifra, el 93 % son mujeres y casi un tercio son extranjeras.
La nueva ley de servicio doméstico que entró en vigor este año será un alivio y una amenaza para ellas. Logran un trato más justo al establecerse la obligación a la cotización a la seguridad social desde la primera hora de trabajo, el derecho a vacaciones, baja y pagas extras. Sin embargo, en los tiempos que corren, muchos de los empleadores, en la mayoría de los casos madres trabajadoras que ahora mismo ven peligrar sus empleos, optarán por prescindir de estas empleadas por no poder afrontar el sobrecoste que supone cumplir con la ley.
Lo de siempre: una realidad con dos caras.