Por Eloy Cuadra
El caso de Palestina es sin duda el más flagrante y el que mejor nos muestra la falacia y los peligros de la equidistancia, pero, como digo, la equidistancia está en muchos más discursos, y hoy es casi ya un nuevo lenguaje universal.
¿Por qué sucede esto?, ¿de dónde sale tanta equidistancia políticamente correcta que no se posiciona nunca, cuando de cuestiones importantes se trata? A mi modo de ver esto se da por la falta de conciencia o referente de clase que impera hoy en nuestras sociedades. Así, a lomos del capitalismo salvaje, del individualismo imperante y de una competencia brutal, el ciudadano de a pie, sometido a una presión importante por ser aceptado, no encuentra un colectivo o grupo humano rebelde con garantías suficientes con el que asociarse, y termina afiliado a esa gran masa multitudinaria de individuos equidistantes, moderados, centrados, añorantes de un pasado nacional, cual epidemia, que no se mojan nunca en cuestiones importantes, nunca al menos del lado de los débiles, a los que abandonan a su suerte entonando un cobarde "ellos se lo han buscado".
La equidistancia, queridos lectores, es un término básicamente topográfico, de modo que si se quiere usar en política, hay que asegurarse de que los contendientes se presenten en igualdad de fuerzas, con los mismos recursos, especialmente económicos, si no es así, ser equidistantes es estar en una zona de confort, justo donde el poderoso quiere que estés. ¿Entienden ahora el daño de la equidistancia? Con todo, lo peor de la equidistancia es que no existe una línea media fija en el espectro político donde los equidistantes se sitúan, esta línea se va moviendo de izquierda a derecha, situándose cada vez más a la derecha sin que los equidistantes se percaten del movimiento.
En conclusión, para acabar que no es poco lo que llevo, creo que debemos ser conscientes de lo que nos estamos jugando hoy con la prevalencia de los equidistantes. No es viable, ni mucho menos aceptable adoptar posturas equidistantes o moderadas en un mundo que se inclina cada vez más hacia la derecha, hacia lo reaccionario, la represión, la desigualdad y la pérdida galopante de derechos, un mundo en el que los que mandan no son para nada moderados ni equidistantes, y dónde, como hemos visto, con las posturas equidistantes nos estamos situando muy cerquita del mismísimo poder establecido, consolidándolo y haciéndolo cada día más fuerte. Dicho de otra forma, estamos en un momento de la historia, en el que si no tiramos fuerte desde la izquierda real, la izquierda que solo puede serlo si es revolucionaria y contra el poder, en favor de la justicia social, de los derechos humanos, contra el imperialismo y la dictadura del capital, si no apostamos fuerte por otros valores, por otra manera de relacionarnos mucho más humana, menos beligerante, más del lado de la minorías desfavorecidas del mundo, pronto, muy pronto, la hegemonía de este capitalismo de la escasez y de la guerra será tan clara, que habremos dado entrada a los fascismos y a la barbarie, nuevamente, sin pelear, incluso queriéndolo muchos, engañados lamentablemente por la moda de los equidistantes. Eloy Cuadra, escritor y activista social.