También Unimos Podemos y sus confluencias catalana y gallega, el PNV, los independentistas catalanes de ERC y la antigua Convergència y Compromís se desmarcan de los actos organizados para hoy, con motivo de la “Fiesta Nacional” porque la consideran una celebración con claras connotaciones “franquistas” y, por tanto, “vieja”. Algunos de los portavoces de las citadas formaciones consideran que sería más adecuado que, en pleno siglo XXI, se revisara el contenido de esta festividad de forma que todos los compatriotas se sintieran “cómodos” o incluso que se eligiera otra fecha ligada a los valores constitucionales o republicanos y no al descubrimiento de América y su violenta colonización.
Irene Montero, la portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso, subraya que el “día de la patria” debería unir a todo el país, y que ahora no todos se “identifican” con esa fiesta por su vinculación con el franquismo o por su rechazo a la colonización americana. Por su lado, la portavoz parlamentaria de En Marea, Alexandra Fernández, considera “bastante triste” que la Fiesta Nacional de España se celebre el día del descubrimiento de América, que dio paso a la “masacre de miles de personas”, lo que, a su juicio, demuestra que “la Historia la escriben los vencedores”. Sin embargo, no propone ninguna fecha alternativa y recuerda que, En Marea, sólo festeja el Día de Galicia cada 25 de julio.
Desde En Comú Podem tampoco defienden ninguna alternativa al 12 de octubre ni se sienten representados en un festejo cuyo acto principal es un desfile militar que les resulta “totalmente ajeno”, según explica el diputado Jaume Moya. “Nosotros no pintamos nada en el ‘Día de la Raza’ sentencia, por su parte, el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, aludiendo a las reminiscencias franquistas de una cita que, denuncia, “cada año reúne en Barcelona ‘al fascismo más reaccionario”. A su juicio, sería más adecuado que la fiesta nacional coincidiera con alguna efeméride republicana o que sirviera para homenajear por ejemplo, al líder anarquista Buenaventura Durruti, o al poeta Marcos Ana, el preso político del franquismo con más años de cárcel a sus espaldas.
El portavoz adjunto de la antigua Convergència en el Congreso, Carles Campuzano, confiesa que su formación “nunca” se ha sentido “cómoda” con el 12 de octubre, porque “el discurso de la hispanidad ha estado demasiado contaminado por el franquismo”. Aboga por modernizar la fiesta y cree que sería “razonable” trasladarla al 6 de diciembre, Día de la Constitución. “Que lo valoren aquellos a los que concierne”, argumenta en la misma línea el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien subraya que su organización no celebra el 12 de octubre porque no lo siente “como propio”. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, argumenta que esta es una fiesta “un poco vieja”, “desfasada” y “antigua” y no cree que “sacar el Ejército a la calle sea la mejor forma de festejar el hermanamiento con los países latinoamericanos”. A su juicio, quizá estaría bien hablar con “los demás países hispanohablantes para encontrar otra forma de celebrar” y tener, igualmente, un “gesto” con las comunidades indígenas.