Por su parte, “La Gaceta”, aportando un nuevo ejemplo del carácter adoctrinador de la polémica asignatura, advierte: "La editorial Akal adoctrina a nuestros escolares contra la Iglesia", junto con una viñeta en comic, que ridiculiza a Jesucristo, a lo que ningún socialista se ha opuesto. Y, a la vez que informa: "Carod dilapida 150.000 euros en evocar una guerra de hace tres siglos", añade al respecto: "Libros de texto denigran la religión católica".
Este manual hace una crítica virulenta a la Iglesia: “Resulta sorprendente que, pese a la claridad y la contundencia con que la Iglesia se pronuncia sobre la “preferencia” por la “opción de los pobres”, algunos sectores eclesiásticos parezcan dispuestos a combatir las leyes civiles que legitiman la unión homosexual, las leyes que reconocen a las mujeres el “derecho” a interrumpir, bajo determinados supuestos, el embarazo o las que permiten el libre uso de métodos anticonceptivos en las relaciones sexuales. Afortunadamente, no tenemos que anteponer sus enseñanzas a las de Jesucristo”. Así de manera frontal le atacan a la Iglesia, interfieren en su doctrina, encumbran el aborto a un derecho de la mujer y ensalzan la teología de la liberación contra las tesis del Concilio Vaticano II.
No le basta a tal manual de Akal el atacar la religión, sobre todo la católica, sino que entra también en la apología marxista al defender dictaduras de Iberoamérica como la cubana y otras: “Bajo el Gobierno Sandinista, en Nicaragua, se dio lo más parecido a una democracia que se había podido contemplar jamás”. Pero lo contradictorio es que los mismos autores del manual, los hermanos Fernández Liria, declarados marxistas, se oponen a esta asignatura, lo que no les ha impedido caer en la radicalidad. “Nosotros no creemos que educar para la ciudadanía deba consistir en adoctrinar en valores, por muy modernos y progresistas que sean, creemos que el sistema de instrucción pública tiene por tarea la ilustración y nos oponemos a una asignatura que, como ésta, carece de un perfil científico”. Ahí queda su redacción y su brillante pensamiento.
No es el único caso de esta editorial; en 2007, aseguraba que la guerra de Irak fue responsabilidad del electorado del Partido Popular, en 2008, defendía el sistema comunista frente a la “voracidad capitalista”, y, aún más, denostaba las "mal llamadas democracias modernas" ante "modelos más justos como el comunismo y el anarquismo".
Sólo el hecho de escoger este tipo de redactores es ya bastante significativo de la tendencia tergiversada, de la intención aviesa y del propósito destructivo de valores y tradiciones españolas.
C. Mudarra