Contraste obsceno

Publicado el 10 abril 2017 por María Bertoni

Entre las reacciones canallas que el hallazgo del cuerpo de Micaela García provocó el sábado en las redes sociales, cobró especial relevancia la humorada que Maia Ferrua (dice que no) publicó en su muro de Facebook. Es que el exabrupto online a nombre de esta “abogada profesional” del Ministerio de Modernización de la Nación puso en evidencia algo más que el pensamiento de los demás argentinos que comentaron con sorna y/o complacencia el asesinato de la joven militante del Movimiento Evita.

Ferrua desactivó sus cuentas en las redes sociales. Aquí figuran las capturas de su perfil en Linkedin y el post que dijo no haber publicado en su muro de Facebook.

Por las dudas, antes de seguir corresponde aclarar que el de Micaela no es un crimen político. La estudiante entrerriana de 21 años murió a manos de un ex convicto que antes la raptó y violó (o intentó violarla), y porque a nuestro Estado le preocupa un solo tipo de inseguridad, no precisamente aquélla que el colectivo Ni Una Menos viene denunciando hace dos años.

En cambio sí puede decirse que el comentario ¿apócrifo? de Ferrua expresa odio partidario, y por lo tanto político. Para su autor(a), el Movimiento Evita reúne a “una manga de mafiosos y patoteros ignorantes” y Micaela está muerta por haberse juntado con “este tipo de gente”.

El sentimiento antiperonista y/o antikirchnerista es tan fuerte que en este caso anula la empatía histórica, casi instintiva, que la mayoría de las mujeres sentimos con las víctimas de violencia misógina. De esta manera allana el camino hacia la reedición de la estrategia discursiva patriarcal que consiste en responsabilizar a las agredidas: las vejan y matan porque son putas y/o busconas, porque se visten de manera provocadora, porque salen solas, porque frecuentan personas y/o lugares non sanctos, porque desafían la moral y las buenas costumbres… porque militan en el partido equivocado.

La animadversión política también anula la objetividad profesional de la que suelen jactarse los abogados. Si es la autora del exabrupto, entonces la Dra. Ferrua no sólo desconoció la información que los medios difundieron sobre este asesinato (en especial, los antecedentes del principal sospechoso Sebastián Wagner y la intervención negligente del juez Carlos Rossi) sino que criminalizó -sin pruebas obviamente- a toda una agrupación política.

Según informó Perfil en su edición dominical, la empleada del Ministerio de Modernización explicó que la humorada en su muro de Facebook fue obra de cierto individuo de su trabajo que la odia y quiere arruinar su reputación. “Les agradezco a las personas que me han avisado de esto que me están haciendo, que me han hackeado o han modificado alguna publicación o no sé, usaron Paint (sic)” escribió para frenar el repudio generalizado.

En principio Ferrua deberá probar la veracidad de este descargo ante las autoridades del Ministerio, que de acuerdo con este comunicado iniciaron los “actos administrativos correspondientes” para una eventual sanción. Con suerte podrá mostrar alguna de las notificaciones que Facebook envía a los usuarios cuando registra movimientos sospechosos en sus cuentas.

Además de militar en el Movimiento Evita, Micaela García se sumó a la causa de Ni Una Menos.

En el mismo comunicado que difundió ayer a través de esa red social, la cartera al mando de Andrés Ibarra explicó que la abogada “fue designada en planta permanente de la administración pública nacional por la gestión anterior, bajo el decreto 1290/2014 publicado el 6 de agosto del año 2014 y firmado por la ex Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner”. Destinada a los argentinos que entienden que Ferrua encarna la mentalidad y la conducta típicas de integrantes y simpatizantes de la alianza Cambiemos, la aclaración oficial sugiere que, si se desempeña en el Estado desde mediados de 2014, entonces la abogada desbocada ¿o hackeada? forma parte de la pesada herencia que nos legaron los gobiernos K.

La respuesta del Ministerio resulta tan patética como el intento de defensa de su empleada. Por otra parte, es obsceno el contraste entre estas (in)conductas institucional e individual, y la trayectoria militante de Micaela que el vocero nacional de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular Juan Garbois repasó en su muro de Facebook.