Lo de Venezuela es raro, una ecuación que no se ha podido o no hemos querido resolver. Es un asunto de contrastes, de situaciones ajenas entre sí pero comunes a un país donde todo es posible y permitido menos eso de ser decente y luchar por los derechos del hombre en sociedad. Una ingente cantidad de jóvenes están peleando por una Venezuela que perdimos en estos quince años y al mismo tiempo encontramos compatriotas en un permanente intento de vivir en una normalidad desoladora, una normalidad diferente a aquella de hace algunos años.
(Fuente: La Patilla - Venezuela)
(Fuente: Ultimas Noticias - Venezuela)
Sera que el miedo nos puede o la falta de un camino claro permite que veamos este evidente contraste de unos venezolanos trancados en la lucha y unos venezolanos que laburan, se entretienen y hasta si alcanza se tiran un plan de servicio de whisky y que la noche avise. Aunque parece que el cable que mantiene la situación se está deshilachando cada día, alguno de esos hilos que permanecen son de ese intento de vida normal que todos queremos pero que se está reduciendo a anaqueles vacios, calles desoladas y una oscuridad que se siente inclusive al mediodía de Maracaibo.
(Fuente: El Nacional - Venezuela)
Nadie puede juzgar al que lucha o al que pasa por otra acera esperando que amanezca como si la Tigresa del Oriente fuera una profetisa necesaria. Pero como todo sistema, Venezuela es una ecuación que necesita despejarse para resolverse, que los que no sumen dejen de restar y los que sumen verdaderamente hagan un efecto nacional y global. Ya no vale la pena decir los muertos que llevamos porque tristemente estamos acostumbrados a nombrar muertos como estrenos de películas, la muerte duele pero cuando se hace costumbre pasa menos amarga.
No se sabe si efectivamente parar todo el país genere un cambio total o que los que estamos en contra de un régimen totalitario y comunista logremos detenerlos para buscar un país plural como siempre hemos querido que sea Venezuela, pero esta patria que tenemos no es sostenible. Un país que está enfrentado, sin apelar a mayorías y minorías, no puede juntarse a construir futuro. La muerte debe dejar de ser bandera, el dialogo – con las condiciones necesarias para ello como dicen los estudiantes – es requisito imprescindible pero básicamente la participación es la llave para que los venezolanos nos encontremos y apuremos esta agonía.El asunto no es que vayamos a marcha tras marcha o que dejemos de hacer lo que siempre hemos querido hacer, el asunto es que nos hagamos sentir, el asunto es que reduzcamos el contraste de la Venezuela que lucha por volver al desarrollo y la Venezuela que se apega a la normalidad como falsa esperanza de que todo se resolverá.
Hay que salir de los contrastes, una Venezuela espectacular con paisajes únicos que apenas cuenta con infraestructura turística mayoritariamente privada, una Venezuela con tierra fértil pero anaqueles vacios, una Venezuela que se casó con la paz pero tiene 15 años divorciado de ella, una Venezuela que siempre pensó como quiso pero ahora solo le dejan tener patria. No podemos acostumbrarnos a hacer excursiones para comprar o hacer trámites, acostumbrarnos a limitarnos y lo más triste acostumbrarnos a irnos.
(Fuente: Globovision - Venezuela)
Venezuela necesita superar el contraste, la corrupción y especialmente la impunidad. Venezuela necesita sacar de sus venas la maldad de una persona que apunta a una cabeza para sumar muertos. Venezuela necesita que busquemos una normalidad que nos sirva a todos. Venezuela necesita que podamos dejar de marchar para reunirnos en las plazas a celebrar. Venezuela necesita que los países “socios” dejen de filtrar sangre para cobrar dólares. Venezuela necesita de vos, de mí, de todos.