Acabada la guerra, formó parte del consistorio del Ayuntamiento de Barcelona desde 1939 hasta 1952 como Teniente de Alcalde y Delegado de la Concejalía del Distrito VII, y más tarde ponente de Sanidad, en la que llevó a cabo un buen número de mejoras hospitalarias, contándose entre ellas la instalación en Barcelona del primer “pulmón de acero”. Llegó a ser Presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, en dos ocasiones, separadas por lustros, asumiendo la dirección de una masa inquieta e intentando ser redentor de los de su clase. Terminada la Segunda Guerra Mundial, en 1946, resultó elegido miembro del Comité Ejecutivo de la World Medical Association, hecho que significó una importante reintegración de la ciencia de nuestro país en el ámbito internacional, siendo reconocido como una de las personalidades más destacadas de la ciencia española, afirmándose con su nombramiento la participación de España en las tareas más importantes de la reconstrucción y de la paz. En los años siguientes fue reelegido y en 1955 se le elevó a la presidencia de esta Asociación Médica Internacional, en cuyo alto cargo sería reelegido dos veces más y de forma consecutiva. En 1948, ingresó en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona, Durante muchos años dirigió el Hospital de la Cruz Roja de Barcelona (Dos de Mayo), no decayendo nunca la organización de la Escuela de Enfermeras de la que también fue Director.
Autor de diversos escritos en revistas científicas, fue traductor de W. S. Bainbridge de libro "El problema del cáncer (Barcelona, 1924)", pero sin duda, su obra más conocida es el Manual del practicante y de la enfermera del que tenemos conocimiento que se llegaron a publicar un total de ocho ediciones, (Yo conservo un ejemplar de la primera)