No tiene muy buena fama por ahí la película, la verdad. Sin embargo a mí me parece uno de los testimonios curiosos y casos únicos en el mundo del rock. Ian Curtis desapareció a los 23 años sin haber jugado con las drogas ni participar en orgías. De beber no se libraba, pero bueno, era de Manchester... Sus problemas eran, por un lado, la epilepsia y, por otro, tener una enorme incapacidad de decisión, como pajarito recién caído del nido.
Entre temazos que siempre agrada escuchar y hechos notables de la biografía de Joy Division, vemos a un Ian Curtis que cada vez pierde más su control, un control exclusivamente mental que le atormentó demasiado y que derivó en autodestrucción. Tengo curiosidad por conocer el punto de vista de todo lo que pasó de su mujer, recogido en el libro "Touching from a distance", una de las inspiraciones de Corbijn a la hora de afrontar el guión.
Una película atípica como sin duda fue Curtis, bella rareza donde las haya.