Desde su nacimiento en 2004 The Brew se ha ido labrando un camino que si estuviéramos en otros tiempos menos globalizados les habría colocado sin duda entre la élite del poderoso rock de reminiscencias sesenteras y setenteras. The Brew ya había colocado tres álbumes de estudio y otros tantos directos que deberían haberles convertido en una referencia, pero curiosamente los éxitos, relativos, los han cosechado fuera de su país, Inglaterra, más atento a otros aspectos más comerciales de su música.
“Control”, el nuevo lanzamiento de los británicos, es un álbum fresco y lleno de energía que observa el tremendo crecimiento de una banda, The Brew, que da un paso adelante con cada nuevo lanzamiento. Con el simple concepto de los botones de un equipo de música The Brew han regalado un pedazo de disco merced a su ecléctica concepción del rock clásico, una concepción en la que tienen cabida todas las fuentes de las que han bebido. Y aunque pudiese parecer absurdo componer temas sobre cada uno de aquellos botones, el proyecto ha funcionado y ni uno sólo de sus 10 cortes son desechables.
Ya nadie inventa nada en este negocio, pero rescatar con tanto acierto sonidos de otras décadas entre los que se suman los de Pink Floyd, Santana, los Who, o incluso The Cult o Pearl Jam, no está al alcance de muchas bandas en la actualidad, y The Brew lo han logrado sin ceder un ápice de personalidad manteniendo su característico rock poderoso de base blues, emblema de un disco lleno de riffs abrumadores, solos distorsionados y abrasadores, líneas de bajo poderosas y sólidas, una batería potente y demoledora y unas voces llenas de garra y sentimiento.
Los miembros de The Brew buscaban un cambio, no en su música, pero si en sus sensaciones, así que decidieron grabar su nuevo álbum de estudio completamente en directo, transmitiendo de este modo una inmensa capacidad en vivo que les había colocado como una de las grandes atracciones de multitud de festivales europeos. Tal es así que incluso puede escucharse como se encienden y apagan los pedales en determinados momentos del álbum, un álbum que respira honestidad y sencillez en toda su duración.
La producción de Toby Jepson, el que fuera guitarra y voz de Little Angels y ahora productor de The Answer, ha cuidado mucho mantener la sensación de grabación en directo, huyendo de artificios y centrándose únicamente en el juego que pueden dar voz, guitarra, bajo y batería. Efectivamente “Control” se grabó en directo con una impecable producción, y el resultado ha sido un artefacto flexible, emotivo y poderoso en el que la banda transmite la crudeza y la energía con la que potencian sus actuaciones.
Una banda ensamblada a la perfección en la que la química entre sus tres componentes es algo digno de elogio. El sonido imprimido por la apabullante guitarra de Jason Barwick y el demoledor combo rítmico formado por el bajo de Tim Smith y la batería de Kurtis Smith da la sensación de ser algo más que un power trio. El rango vocal de Jason Barwick recuerda al de Roger Daltrey, un aspecto favorecedor a la hora de encajarlo en la propuesta musical de The Brew. Voz enérgica y llena de pasión y una poderosísima guitarra que llena de riffs despampanantes y excelentes solos distorsionados la mayoría del álbum. Un guitarrista que debería ser tenido en cuenta en las altas esferas.
Abre “Control” con el tremendo riff inicial de “Repeat“, un tema que traslada sin remisión al rock de ascendencia bluesy más potente de los 70. El poderoso trabajo del combo rítmico, con una sólida y mantenida línea de bajo y una batería absolutamente cohesiva, sustenta unos riffs llenos de potencia que desembocan en un solo sucio y distorsionado. Un brutal tema que sienta las bases para el resto del álbum. Luego en “Eject“ un riff pesado de Barwick se abre paso en un corte que huele a Pearl Jam tanto en concepción instrumental como en voces. Una vez más el trabajo del combo rítmico es fantástico, especialmente el de batería de un Kurtis Smith lleno de potencia. La guitarra vuelve a ser definitiva, obsequiándonos esta vez Barwick con un excelente solo corto y atmosférico.
“Mute“ abre con guitarra y voz que dejan paso a un explosivo riff y una descomunal potencia rítmica que de nuevo trasladan al mejor rock de los 70 con una vez más un tremendo trabajo de guitarras plagado de excelentes y contundentes riffs. El estribillo ofrece esta vez una engañosa sensación de calma antes de un brutal solo conducido por el superior combo de ritmo que desemboca en un poderoso final vocal e instrumental. Probablemente el mejor tema de “Control”.
“Pause“ recupera la pesadez rítmica de inicio antes de convertirse en calma melódica e improvisativa merced a bajo y a una voz cruda y llena de pasión para retornar al tempo específico de un corte que cuenta con un inmenso estribillo, con un conjunto rítmico convertido en apisonadora y con un juego de guitarra superior que transita a medio camino entre la psicodelia y la improvisación al tiempo que se respira un sutil aroma a Santana. Después “Shuffle“ demuestra que no hay espacio para la calma con su revisión del rock de finales de la década de los 60 en la que brilla toda la energía instrumental de la banda y una maravillosa guitarra distorsionada que pronto transforma el tema en potente hard rock que recuerda a The Cult. Riffs demoledores, voz cruda y solo sucio y adictivo.
“Fast Forward“ proporciona de nuevo una sorprendente mezcla de influencias que dan sabor y originalidad al corte. Rock furioso y lleno de talento instrumental y vocal en el que riffs y combo rítmico vuelven a ser protagonistas de un tema con un cierto deje a los Who más setenteros y los AC/DC del “T.N.T”. El final es apabullante y cuenta con el mejor solo de Barwick de todo el álbum.
“Skip“ inicia con una intro al más puro estilo stoner antes de retornar a la gloriosa senda del rock setentero con los Smith disfrutando al tiempo que ponen soporte a la calurosa voz de Barwick y llevan el peso de un tema con el mejor estribillo de todo el álbum. Un fantástico solo distorsionado desemboca de nuevo en un brutal e improvisativo final antes de que “Stop“ ofrezca guitarras acústicas a un pasito de la desafinación y voz pasional en formato folk rock sesentero con el único soporte de la sutil línea de bajo de Tim Smith. El aroma a los Who más folkies queda patente.
“Play“ recupera los riffs potentes y los ritmos pesados en una nueva reivindación rockera de quilates. Muro de sonido para hard rock clásico y estribillo contagioso antes de que un solo distorsionado absolutamente brutal conduzca a un abrasador final que lleva a “Rewind“, el glorioso final de “Control”. The Brew recuperan las guitarras acústicas y ese olor a folk rock británico de finales de los 60 tremendamente melódico y evocador. Lo hace sin rebajar la potencia de un combo rítmico que así se prepara para acompañar al riff eléctrico que acelera el tempo del tema y a un escalofriante solo que lo devuelve a los riffs setenteros que caracterizan el álbum, finalizando el corte a lo Pearl Jam antes de recuperar una psicodélica paz acústica.
Así que The Brew han demostrado en “Control” que son algo más que la suma de sus influencias, preservando sin duda el rock clásico, pero ofreciendo de manera cruda y enérgica toda la suma de sus habilidades compositivas e interpretativas de manera muy fresca y hábil. Quedan prácticamente 10 meses para que termine el año, pero este “Control” de The Brew tiene muchísimas posibilidades de ganarse un hueco en mi Top Ten de 2014.
Entrada publicada en el ZEPPELIN ROCK SABBATH de @FRAILAS el 11 de Marzo de 2014
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