Se trata de una técnica especial de encefalografía que se lleva a cabo durante la noche y que recoge toda una serie de parámetros:
- Electroencefalografía (EEG): estudia las fases del sueño y valora si existe actividad epilépticas durante el mismo- Electrooculograma (EOG): movimientos oculares durante el sueño - Electromiografía del Mentón (EMG): tono muscular - Electromiograma de las piernas: valora movimientos de las mismas- Electrocardiograma (ECG): ritmo cardiaco- Ruido: ronquidos, gritos, hablar mientras se duerme… - Oximetría digital: saturación de oxigeno en sangre a través de sensores en el dedo de la mano. - Flujo aéreo buco-nasal- Esfuerzo respiratorio: esfuerzo respiratorio- Posición¿Por qué lo realizamos?Las constantes caídas, convulsiones recurrentes y lesiones accidentales nos han indicado que el patrón de Epilepsia ha cambiado y que la medicación no es o adecuada o suficiente, por ello hay que estudiar esa actividad cerebral anormal.Hay muchos estudios que relacionan trastornos/ problemas de sueño con Epilepsia. Si mejoramos estos primeros (o al menos los identificamos) podremos tratar mejor los segundos. También las crisis nocturnas producen insomnios y cansancio diurno, algo que hemos vivido de primera mano durante muchos años, con el consiguiente deterioro de la calidad de vida.Por eso, y por otros motivos, son tan importantes estos tipos de estudios en niños con Epilepsia y otras condiciones asociadas.
¿Cómo lo preparamos?
Cuando te dan la cita se dan una serie de indicaciones necesarias para unos mejores resultados. En el caso de los niños:
- Ir cenados.
- Llevar el pelo limpio sin ningún producto como lacas, gominas, espumas...
- Acudir con el pijama.
- Llevar sus objetos preferidos para dormir habitualmente. Nuestro KicoNico no podía faltar.
- Tomarse la medicación habitual.
- No tomar nada excitante previo a la prueba. Dado que es un niño, entendemos que se referirían a colas o similares.
Lo siguiente: conseguir que se duerma.En nuestro caso Rodri lloraba tanto de pequeñito que al final caía rendido y se dormía prácticamente en cuanto el sanitario salía de la habitación.La última vez, no sabemos si porque es más mayor o porque le habíamos anticipado o porque los dibujos lo estaban entreteniendo, apenas lloró (gritó mucho al principio, eso sí). Tuve que acostarme con él, pero en cuanto apagamos la luz, lo abracé y quitamos la televisión, tardó nada y menos en relajarse y quedarse dormidito.A las 6 y media aproximadamente, aprovechando que comenzaba a moverse más acudieron a desmontarlo todo.Esa es la fase más molesta, ya que hay que utilizar disolventes; además, no podemos evitar dar tirones, y en el pelo especialmente es un pelín doloroso.Los pegotones cuestan la vida misma quitarlos. Acetona, te dicen. Pero litros y litros y litros. Van a hacer 6 días de la prueba y aún tiene restos blanquecinos entre los rizos.
Ninguno. Como mucho irritación en el cuero cabelludo o en la piel.Es cierto que resulta aparatoso, pero es una de las pruebas que más y mejor información arroja en estos casos.Yo os recomiendo llevar algún dispositivo para que los peques vean dibujos mientras les colocan los sensores (y los quitan). Es un ratito largo y bastante molesto.Ahora pendientes de los resultados...
El después de. Felicidad absoluta