- Hola Chávez, cómo estás por allá lejos.
- Hola, otra vez tú.
- Si Chávez. Ya sabemos por otros textos que el arte es un poder.
- ¿Otros textos de quién?
- ¿no recuerdas? Hemos conversado en varias oportunidades. Es un juego, que puede ser hasta un poder. De la imaginación supongo.
- Ya recuerdo. Tú haces diálogos imaginarios con la gente.
- Prácticamente con quien quiera. Me baso en algunos datos que tenga sobre las personas para imaginar la situación hasta que accedo a un conocimiento que viene de repente. Sé que no soy el único que lo practica, pero creo que no es lo que nos interesa en esta conversación.
- ¿Y qué puede interesarte conversar ahora? Estoy fuera de la realidad, incluso saliendo del imaginario de las personas.
- A mí siempre me ha maravillado cómo el talento ha concentrado la atención de la gente sin uso de los medios de comunicación. Yo creí que ese era tu caso, pero ahora lo dudo.
- ¿Qué caso tiene dudarlo? Sigue creyendo en lo que una vez creíste.
- Yo creí siempre en descubrir la realidad como uno de los placeres más estables y duraderos, y me parece que también fuiste un proyecto transnacional para debilitar la personalidad del pueblo, venezolano en este caso. Uno de los que más se resistió a políticas impuestas del extranjero, cualesquiera que fueran, incluida el comunismo. Alguien estudió bien este pueblo y te inventó para domarnos. Pero claro que puede haber sido espontaneo, el caso inventado por otros o producido por la naturaleza, fungiste como un padre que un día se va y deja un montón de huérfanos celebración constantemente una elección que se convirtió en la única movilización pública. Toda una generación ganando elecciones y aprobando proyectos de potenciación en una realidad sobre industrializada y superpoblada.
- Es muy fácil cuestionarme ahora. En los tiempos que me tocaron no quedaba de otra. Tú que hubieras hecho.
- Ciertamente yo hubiera abandonado el poder, hubiera hecho menos elecciones, y estaría vivo. Siempre me pareció qua es fijación con Bolívar iba a repetir su martirismo. Quisiste ser un gran hombre, y casi lo logras, salvo por la evidente demostración de que los grandes hombres son producto del conjuro que implican el halago y la adulación. Para quien quiera darse cuenta.
- Yo hice lo que pude.
- Claro Chávez. Ahora a nosotros nos toca poder más de lo que podemos. Por eso lo más importante es recordarte siempre, pero criticando tu trabajo, y no me refiero a ponerle objeciones, que es lo que habitualmente se entiende por “crítica”, sino a revisar minuciosamente lo que sucede, Y descubrir que la realidad no la hiciste tú, sino nosotros. Ahora Venezuela está exactamente como cualquier enemigo desearía que estuviera, y la dirigencia se convirtió en una clase peor que cualquier burguesía. Pensaron que el enemigo estaba afuera, pero son ellos mismos, somos nosotros mismos acostumbrados a un sistema de relaciones amañando con tantas riquezas, y auspiciado por el discurso de izquierda.
- ¿Y es cierto que estamos viajando por todo el mundo, como errantes?
- No exactamente Chávez, pero cerca. Aunque para ser franco yo creo está bien, es como una prueba a ver si nos atrevemos a hacer lo que hicieron los judíos, pero con otros recursos. ¿Será verdad que tenemos un talento y podremos crear para compensar lo que consumimos, en todos los países a dónde vamos? Ahora lo veremos.
- ¿estás dispuesto a hacer ese registro por esta vía?
- Claro Chávez, cada quien asume lo que le toca. El diálogo imaginario es un medio de expresión, falta que haya gente que se halle en este medio de ritmo sostenido, al final de las palabras.
- ¿Y ya, eso es todo?
- Por ahora, Chávez, por ahora.