Si hacéis la prueba, o sea, si os ponéis en algún sitio donde tengáis a gente alrededor (con una cafetería vale, por ejemplo, no hace falta irse a un estadio de fútbol. Aparte, tenéis que tener en cuenta que vuestras parabólicas pueden reventar o explotar si hay demasiadas charlas ajenas que recoger alrededor) y ponéis las orejas a punto, os enteraréis de cosas que no tienen precio. Ahora bien, todo vicio tiene consecuencias, claro, (si no, no sería un vicio, y está claro que escuchar a aquellos cuyas vidas nos importan un bledo es un vicio) y estar al loro de lo que no nos incumbe tiene su castigo. Para mí, el castigo no es que se me caiga una maceta en la cabeza o que se me clave un tenedor en el culo sin saber como ni porqué ha ocurrido en plan castigo divino, no; es acabar interceptando conversaciones que me causan inquietud y repelús aunque no por ello dejen de fascinarme igual que las que me emocionan e inspiran. Para que os hagáis cargo de esto, voy a poner unos cuantos ejemplos de cosas que he oído captando conversaciones ajenas y que me han dejado entre lela y cagad... de miedo, a saber:
- " No quiero que hagas tortilla esta noche. La tortilla es para la gente enferma, no para la gente sana. La tortilla es para gente que está a punto de morirse o que no tienen dientes, y yo, mientras pueda seguir siendo quien soy, no pienso comer tortilla. Cómetela tú, que parece que estás siempre enfermo" - Esto se lo decía una chica a su novio en un supermercado. No quiero pensar que más cosas le diría cuando estuvieran solos... Estuve a punto de tirarle un papel al chico en el que pusiera "huye".
- Lo que más odio de la Navidad es cuando la gente trae a la ciudad a sus parientes del pueblo. La ciudad se llena de paletos pueblerinos que ensucian las calles con sus maneras vulgares. Vienen al piso de la hija o de la nuera y lo jod... todo" - Esto se lo decía un señor de unos sesenta años a un amigo de su misma edad en un bar. Iban con abrigos largos y caros, y a partir de ese momento les llamé "los vengadores jubilados de la ciudad".
- "Pues no. Esta hamburguesa no es de ternera; es de rata. Pero me da igual. A mí me sube el ánimo, o sea, que la rata me sube el ánimo entonces... Pero me da igual"- Se lo decía una chica a su novio, el cual comía en silencio sin levantar la vista de sus patatas fritas. Pensé que si ella era capaz de comer rata a sabiendas de que era rata qué no haría en su casa...
- "Que no, que es una fresca, de verdad. Que es una perra y una fresca. Ya ha pasado todos los límites de lo aceptable y de lo tolerable. Él es tonto y por eso está con ella, que es una perrilla" - Se lo decía una señora de unos cincuenta años por teléfono en el tranvía a quien fuera. Imaginé que estaba hablando de su nuera, porque de su hija no creo que fuera. Ese desprecio solo podía ser provocado por su nuera, está claro. Pensé que si alguna vez me las encontraba por ahí a las dos, le tiraría un papel a la nuera con la verdad de lo que su suegra piensa sobre ella, porque no creo que le diga "perra" a la cara, la muy falsa.
- "Pues si a ti una botella de agua a dos euros en el hotel te parece barata, es que eres idiota, porque yo eso no lo pago ni de coña. Yo me llevé por ahí la primera que pagué y la fui rellenando. Es que eres tonta, de verdad." - Dicho por una chica de unos treinta años que se cree una lista calista a una señora que debía de ser su madre. A mí me llama tonta una hija mía y le parto la cara en cuatro trozos, pero las hay que les aguantan a los hijos lo que sea y así vamos todos...
- "Pero dime algo bonito...Necesito algo bonito para vivir, sobretodo hoy, porque además para eso estás tú, ¿no? ¿Si no para que estás en el mundo?"- Dicho por una chica de unos dieciséis por teléfono a quien creo que debía de ser su novio o amigo especial o rollete. Me pareció muy bien eso de que las nuevas generaciones de chicas vengan exigiendo y pisando fuerte. Así no tendrán algunas problemillas y problemones que han tenido sus predecesoras, claro que sí.
- "Eso no es nada. Yo estuve tres meses ingresada y me dijeron que casi me muero. Tú habrás estado mal, pero yo estuve que casi me tienen que enterrar"- Dicho por una mujer de unos sesenta a otra de su misma edad. Conversaciones como ésta, de comparación de desgracias, hay muchas por ahí. Es muy habitual interceptarlas en los autobuses públicos y en las salas de espera de los médicos y centros de salud. A mí me enferman, pero para otros tendrán su punto, supongo.
- " Tienes que dejar que Cristo entre en ti. Eres un vicioso y un golfo, pero eso es porque no vives en Cristo. Tienes que dejar que entre en ti, o de lo contrario te arrepentirás" - Esto se lo decía una chica de unos veinte años a un chico que creo que decía de ser su novio en un Mac Donald´s demostrando que cualquier sitio es válido para conseguir adeptos al cristianismo. Me dieron ganas de seguirla como un zombie... Supongo que a estas alturas esa chica ya habrá fundado su propia secta.
- " Primark es una mierd... Me da asco. Está lleno de extranjeros y de cutreces"- Dicho por una señora de unos treinta años en un centro comercial a otra. A pesar de que con la edad que debía tener bien podía haber parecido una mujer joven, parecía una señorona de sesenta, supongo que por la mentalidad tan chispeante y juvenil de la que estaba haciendo gala con sus comentarios... Por supuesto, acto seguido me metí a Primark y me compré bastantes cosas... ( camisetas chorras, una cartera, unas pulseras...)
Bueno, lector, esto es solo una pequeña muestra de lo que puedes encontrarte por ahí si decides enriquecer tu mundo oscuro y extraño con las conversaciones de tu prójimo. Ni que decir tiene que todas las charlas aquí expuestas no tienen ningún permiso de reproducción por escrito, ( si alguien las lee y se da por aludido que no tome acciones contra mí, por favor, solo soy una inconsciente) y que además están reproducidas de la manera más veraz posible, porque probablemente las reales tendrían algún punto y coma o alguna palabra que no aparece en las aquí plasmadas. En fin, sufrido lector, voy a dejarte ya, porque tengo que irme a interceptar más conversaciones ajenas por ahí para seguir creciendo como persona y como escritora... Nunca se escucha demasiado lo ajeno...
Que sí, que sí, que la moto de mi hermano es mejor que la tuya, te jod...s