Darwin dejó escrito que “todo cuanto existe en la naturaleza es resultado de leyes fijas”.
En el mundo de los seres humanos la comunicación oral es una herramienta esencial. Es, básicamente, junto con otras características humanas más o menos importantes (como pasar la lengua por la tapa de las natillas para rebañar los restos;beber diez Malibús con piña e irse a cantar rancheras a un karaoke, hacer torres Eiffel con palillos de dientes, volver la cabeza para mirarle el trasero a una hembra que se cruza con nosotros…) lo que nos convierte en seres racionales, la especie más inteligente que ha pisado el planeta tierra... o eso dicen. Los únicos animales que han conseguido la proeza de elaborar una tableta de turrón de 50 metros o de poner en peligro su vida para escalar impracticables cumbres con el objeto de izar allí una bandera con sus manos congeladas y los dedos amputados de los pies. Y todo para después volver a descender esas laderas nevadas e irse de regreso a sus casitas con la satisfacción del deber cumplido y cuatro dedos menos en las manos.
Lo dicho, sentimos la necesidad de comunicarnos con los demás y con nosotros mismos, y en esas conversaciones también existen ciertas leyes fijas o desarrollos muy similares y conversaciones estandarizadas y recurrentes.
Así que lo prometido es deuda y continuamos con el famoso tema de "Conversaciones de Ayer, Hoy y Siempre(I)": http://elbazardejim.blogspot.com/2009/08/conversaciones-de-ayer-hoy-y-siempre-i.html
- SI ME TOCASE LA LOTERÍA YO LO QUE HARÍA ES...: ¿Qué conversación puede haber sido más reiterada en la historia de la humanidad que ésta? ¿¡¡ Cuántas y cuántas veces no habremos oído en decenas de labios distintos el mismo cansino soniquete!!!?
Ya conocéis las diferentes versiones:
- Bueno, yo seguiría con la misma vida que ahora, aunque igual cambiaba algo y tal( a estos no les vuelves a ver el pelo por el barrio ya que son los primeros que se vuelven gilipollas y presuntuosos)...
- Yo estaría los doce meses del año viajando y asimilando diferentes culturas por todo el mundo...
- Primero lo repartiría con la familia y amigos(¡¡¡hostias iba a repartir éste con nadie!!) y después con lo que me quedase me arreglaría y...
- Yo cogería a mi jefe por banda y lo agarraría por las solapas y le diría que se metiese la empresa por...
De risa es esta esperanza de pobre en la lotería o primitiva que todo el mundo tiene depositada para salir del barrio o dejar el tedioso trabajo en la gestoría de 9 a 5. Soñar todavía es de gratis.
- DESPUÉS DEL TRIKI-TRIKI: O la típica conversación after the coito. Ésta es de traca y siempre comienza igual.
Pareja tradicional hombre- mujer. Una cama revuelta. El macho mirando al techo. La hembra ojeando al macho.
- ¿ Qué tal?- pregunta ella.
- Bien, y tú.
- Bien.
Silencio. Pasan tres minutos. El macho continúa mirando al techo con cara de alelado, como si estuviese hipnotizado. La hembra se divide entre el techo y él.
- ¿ En qué estás pensando?- la pregunta más terrorífica del post-coito y una de las más prescindibles que se le puede hacer a un hombre.
- En nada- dice él. Y lo mejor es que es cierto. El hombre no piensa en nada. Está en esos momentos desinflado, cansado y como hueco por dentro y no piensa en nada. Es el momento zen del macho.
- ¿ Cómo qué en nada? ¿ En algo tendrás que estar pensando, digo yo?- La hembra que no cesa. Es todo actividad, acción. Le repele el silencio.
- En nada, ¿por qué voy a estar pensando en algo?- replica, ya un poquito incómodo, el macho.
Y ahora lo que viene suele ser alguna de estas opciones. O, incluso, todas juntas:
a) ¿No estarás pensando en tu ex o en esa que...?
b) Pero, Rafa, ¿ tú me quieres?
c) Los hombres siempre igual de egoístas... ¡descargáis y punto!
d) A ti te pasa algo y no me lo quieres decir. Ya sabía yo que estos días estabas un poco raro y claro que yo lo noto, pero si no quieres decírmelo que no pasa nada porque a mí...
Y ambos acaban irritados el uno con la otra por nada, solamente por culpa de un desigual mecanismo biológico que da lugar a desarrollos diferentes en los machos y las hembras.
Y es que lo que quiere el macho es darse la vuelta en la cama y dormirse en el placentero limbo de esa fatiga que trae aparejada el despliegue físico del amor, mientras que la hembra busca unas palabras de arropo, un abrazo y que le digan que ha estado y es y será fantástica, por y para siempre.
Mentalizaos, mujeres, no sólo es la arquetípica depresión masculina post-coito lo que aquí está en juego, sino la anodadante capacidad que el hombre posee para pasarse largas temporadas de su vida con la mente en blanco, concentrado en un objeto o forma, sin sentir la necesidad prescindible del pensar y reflexionar.
Así nos va.
- MI VIDA EN SUIZA: Siempre, coño, es que siempre hay alguien en algún bar- suelen ser los dueños, que cuando volvieron de Berna en el 83 compraron el local por 200.000 pesetas- mientras tomas tortilla y agua con gas o en el trabajo o en la cola del súper que ha estado en Suiza trabajando en los sesenta y que te lo cuenta. La conversación más aburrida del mundo, sobre todo cuando es alguien al que apenas conoces.
Que si antes había trabajo en las fábricas de allí, que si los emigrantes iban con el contrato debajo del brazo y no como ahora, que si en Suiza son muy limpios y puntuales, que si media vida trabajando sin disfrutar para ahorrar, que sí, que sí...
Yo suelo poner caras, pero siguen como si no les importase.
Impertinencia Suiza, le llamo yo. Pero muy puntual, eso sí.
- CONVERSACIÓN DE ALDEA: Llegas a la aldea, pueblo, y lo primero que aparece por un carreiro o camino es una señora con pañoleta y azadón que te aborda, te coge del brazo y te interroga( ¿tú eres el hijo de la Carmela, verdad?), te levanta el árbol genealógico en tres minutos( sí, porque ya tu abuelo, que era sobrino del Guarda de la Estación y que estaba casado con la hija del cura y...) y te cuenta historias que tú ignorabas completamente( ... sí, pues tu madre había sido pretendida por Miguel, el hijo del campanero, que era buen mozo y la venía a buscar en una moto para llevarla a las verbenas, hasta que una noche...).
Flipante. Einstein tenía razón con lo de la relatividad del tiempo, pero lo que nunca dijo es que quince minutos en una aldea y con una señora de pañoleta cogiéndote del brazo parecen eternos y dan para escribir un libro de unas 760 páginas y letra pequeña sin apenas interlineado.
- ¿LE PUEDO AYUDAR EN ALGO?- Me repatea. Conversación de vendedor de El Corte Inglés. Tengo que decir que le tengo fobia a El Corte Inglés, así que soy imparcial y estoy cargado de prejuicios.
Estás a cinco metros de unos zapatos y ya sientes un aliento en tu nuca:
- ¿Le puedo ayudar en algo?- mientras sonríe como un maniquí.
No. No. No. No. No me puedes ayudar porque solamente estoy mirando. Cuando quiera algo ya me dirigiré a usted, amable vendedor.
Y conste que no tengo demasiado en contra de la gente que trabaja allí, pero ese sistema del 1% de comisión que estilan ha convertido a algunos trabajadores en depredadores y te acosan como los niños al Papá Noel en Toys `R` Us.
Lo poco que tengo en contra es que muchos vendedores de El Corte tienen ínfulas e incluso miran con aires de superioridad a los del Carrefour o Alcampo. Y todo porque les obligan a llevar traje-corbata y se piensan que tienen más glamour.
¡¡ Para vender calzoncillos o tostadores que más dará!!!
El Corte Inglés fomenta la vanidad entre sus empleados.
- MADRES Y PADRES CON BEBÉS EN EL PARQUE: Aquí todo gira alrededor de los niños, pues es la conversación nexo, que vincula a la gente en este contexto determinado de parque-padres-potitos-bebés. Diálogos entrañables como el de qué color es últimamente la caquita del niño, que si ya le queda pequeña la ropita de la semana pasada, que si la suegra no hace más que regalarle cosas de vestir horterísimas y rancias, que si los potitos de verduras con pollo no le gustan pero,en cambio, los de pollo con arroz sí que le gustan, que si el otro día la niña casi dijo Papá y a Papá se le cayeron las lágrimas de la emoción, etcétera.
Es bonito, entrañable, humano y todos deberíamos pasar por la experiencia de esas tardes con niños en el parque, haciéndoles el avión para que coman mientras estamos de cháchara con los otros padres y madres.
- GENTES CON PERRO: Lo mismo que con los niños, aunque estos hablan de la cantidad de pelo que suelta el Cocker, de si está en época de celo la "Laika", de cómo enseñarle a un cachorro a que haga sus cositas fuera de casa, de si es mejor darle comida para perros- Eukanuba es cojonuda- o que coman de la nuestra...
Dicen que se liga mucho en esos parques con gente paseando y hablando de perros.
Aunque yo tuve perro- una cocker gris, blanca y negra- cuando vivía en M. Alto y no ligué nunca nada en el Campo de Marte.
Bueno, tampoco lo intentaba. Ése es siempre mi pobre consuelo. Buah.
La que sí que ligaba era Lía, que un día me despiste y tenía un Rottweiler de setenta kilos encima y si me descuido me la...
- LA DE LAS PESETAS Y EL EURO: Ésta es una tradicional y typical spanish desde que nos exiliaron desde Europa a nuestra querida peseta y billetes marrones de Manuel de Falla, que siempre estaban firmados por alguien a rotulador.
Conversaciones típicas:
- ¿ Te acuerdas de cuándo la caña valía 75, el Cine 350 ptas y salías con mil pesetas por ahí un sábado y todavía volvías a casa con dinero?
- Porque íbamos a la compra y con cinco mil pesetas de las de antes casi comías todo el mes... ¡¡y ahora con cincuenta euros te traes para dos días!!
- Ay, la peseta, la peseta, los billetes del rey, las monedas de cien, los billetes lilas de quinientas que te daba tu abuela para salir y que ya te daban para la disco sesión tarde+San Francisco o Cristal... ¡Es que parece que fue ayer cuando por 175 pesetas te tomabas una caña y una tapa de tortilla!
Todavía recuerdo el feliz domingo en que, en mitad del gentío y de la Calle Barcelona, me encontré un billete nuevo y planchadito de diez mil. ¡¡¡Dios, qué placer!!!
¡ Que vuelva la peseta, que vuelva, que vuelva...!!!!
Las huchas de la ratita que barría la moneda y de la Ruperta están tristes sin las pesetas.
Incluso a los contables del Banco Pastor se les ve más depres desde lo del euro, como hastiados y sin ilusión.
- GENTE DE TREINTA Y TANTOS: ¿Cómo que de qué habla la gente de treinta y tantos? ¿Todavía lo preguntáis?
Tú junta a varios de treinta y pico después de una cena un sábado por la noche en tu casa y saca el cronómetro para hacer el seguimiento del tiempo que tardan en ponerse a hablar del "Un, Dos, Tres", " Verano Azul", "V", "El Equipo A", "La Bola de Cristal", La música de los ochenta, "Los Payasos de la Tele"... para acabar cantando con lágrimas rodándoles por las mejillas El auto de papá, Susanita tiene un ratón o vamos a la cama que hay que descansar.
Haz este experimento sociológico el próximo fin de semana y si no ocurre esto te pago una cena en el restaurante El Bulli, gastos de viaje y alojamiento incluidos.
Fijo.
La generación x de la nostalgia mediática e industrial. Es lo que tiene pasar del blanco y negro al color, del Beta al Blue-ray y del cassette al mp4 en tan poco tiempo.
- LAS CONVERSACIONES CON UNO MISMO: Éstas también son de traca, porque todos los humanos somos un poco esquizoides y estamos como las maracas de Machín, por lo que a veces parece que somos varios a la vez y no nos ponemos de acuerdo con otra parte de nosotros mismos, que también somos nosotros pero que opina o parece pensar diferente.
- ¿Pero qué es lo que tengo qué hacer?- nos preguntamos a nosotros mismos, cómo si llevásemos a varios tripulantes enanitos dentro.
- ¿ Tú qué opinas?- me sorprendo preguntándome yo a veces a alguien que siempre soy yo mismo.
- ¿ Acepto ese trabajo o no?- parece preguntarle uno al yo que está al lado del pulmón derecho.
- Yo creo que eso no es lo correcto, ¿ y tú?- nos decimos.
- Hice mal, ¿verdad? No debí de haber dicho eso, pero es que se lo estaba buscando y ya sabes que...- la paranoia que nos gobierna en lo más íntimo va en aumento y descontrolada.
Claro que ningún hombre es una isla, como escribió J.Donne, sino todo lo contrario: cada ser humano lleva dentro de sí mismo a todo un continente superpoblado al que consultar y que acaba complicándolo todo todavía más.
- DIÁLOGOS DE FUNCIONARIOS:
- ¿ Qué, cuánto falta para las once?
- ¿ Me quedas un momento aquí, que tengo que ir al Eroski a hacer la compra?
- Bueno, son las dos, me marcho. Acuérdate de ficharme.
- No, señora, esta ventanilla no es para pagar la contribución.
- No tengo de idea de dónde puede estar ese fichero...
- ¿ Productividad? ¿ Cobramos complemento por productividad? jajajajajajajaja...
Bueno, ya basta. Nos quedarían esas conversaciones de barra de bar sobre política: todos los políticos son todos iguales(todo un clásico básico)... o esa manida en la que empezamos a decir cómo hubiese cambiado nuestra vida si volviésemos atrás veinte años con todo lo que sabemos ahora.
O la de los pensionistas haciendo cola a las siete de la mañana de cada día 3o mientras hablan de si no habrá gente en activo para que se les paguen las pensiones.
O las de la gente mayor en los bancos del ambulatorio hablando de su colección de enfermedades, de la próstata, del riñón, de las pastillas que tienen que tomar antes de acostarse.
Pero ninguna tan marciana como esa conversación surrealista de un niño que me comenzó a hablar cuando yo estaba metido en el jacuzzi de la Casa del Agua(Termaria) tan ricamente un sábado por la tarde. El niño tendría siete años y yo todo relajado entre burbujitas cuando me empieza a hablar, con este lenguaje tan alambicado y anacrónico para su edad:
- ... señor, éste es el mejor termario de cuantos he visitado con mis padres... tiene que probar el contraste térmico entre los distintos jacuzzis y las diferentes temperaturas... pasar del frío de ese jacuzzi pequeño a éste es una de las mejores sensaciones que yo he tenido... soy de Madrid, aunque viví con mi madre en Coruña algunos años y tengo que decirle que...
Y yo, con mi gorro y mis gafas puestas, que no daba crédito, como si estuviese viendo un marciano diminuto entre burbujas.
¡Señora, por favor, llévese a su hijo resabidillo que yo he venido aquí a relajarme! , estuve a punto de gritar.
La verdad es que me fastidió que me llamase "Señor", que uno tiene sus treinta y tantos pero se conserva bien y viste juvenil e incluso defiende con arrojo y dignidad sus camisas hawaianas cada verano.
Saludos de Jim.