Conversaciones que uno prefiere no oir.

Por Anaperezllinares
Ayer, mientras jugaba con David, no pude evitar escuchar una conversación que tenían un hombre y dos mujeres del barrio, de la que me querían hacer partícipe.
Hablaban muy indiganados de que, cuando sus hijos eran pequeños, y segun ellos ahora todavía más, los padres habían perdido toda  su autoridad. Decían que tanto es así, que ahora incluso te pueden denunciar por darles un cachete...que no había derecho!!! que una cosa es una paliza y otra un cachete o una bofetada "para enseñarles". 
En ese momento mi cabreo creciente me hizo desconectar, pero no pude evitar oir que lo comparaban con las discursiones entre los matrimonios, que está claro que no hay que pegarse, pero que en todas las familias hay riñas (unas mas graves que otras).
No sé si con esto segundo estaban justificando también el derecho del marido a dar un cachete a su mujer "para enseñarle", pero no me extrañaría lo mas mínimo...al menos sería coherente con su línea de pensamientos.  No quise intervenir primero porque creo que esa gente está tan convencida de lo que dice, que de poco sirve decir más y segundo, porque sé que, con lo que me enfada ese tema, soy incapaz de dar mi opinión sin que nadie se sienta ofendido y tercera porque en presencia de mi hijo no quiero enredarme en discursiones.
Me parece muy fuerte que a día de hoy aún exista tanta gente así...
La famosa frase cientos de veces escuchada de que "no es lo mismo un cachete que una paliza" me hace pesar en quiénes narices se creen que son para decidir hasta donde la violencia es aceptada o inocua y cuando es un problema. Hay personas como yo, que hasta el más simple empujoncito lo consideramos violencia, pero para otros no es así hasta que los golpes no dejan marcas.
Con esto quiero decir que ante un tema tan serio como la violencia (dirigida hacia quien sea) no podemos dejar que cada uno decida donde está el límite. No se debe tolerar en ninguna de sus manifestaciones y bajo ningún concepto. No quiero ni imaginar la cantidad de niños que tienen que sufrir en sus carnes esos cachetes, bofetadas o palizas "educativas" sin poder hacer nada.
Me parece estupendo que se pueda denunciar a un padre si le ves darle un bofetón a su hijo.  En primer lugar, por el daño (sino físico, psicológico) que está causando a su pequeño y segundo porque yo, en ese momento, presencio un bofetón "sin importancia", pero en casa y sin testigos, ese bofetón puede convertirse en una grave paliza. Porque para quien utiliza la violencia como forma de hacerse respetar es difícil encontrar límites y porque no hay derecho a que nadie, bajo ningún concepto, la utilice impunemente.
Y bueno, ahora, cuando veo a los hijos de esos padres ya adolescentes, y veo en lo que se han convertido siento mucha lástima hacia ellos. Todo podría haber sido diferente en sus vidas con un poquito mas de amor, comprensión y educación y unos poquitos menos gritos y bofetadas.
Pero así son las cosas para muchos y desgraciadamente así seguirá siendo, porque es imposible hablar a quien no quiere escuchar y porque la violencia engendra violencia y, mientras en el mundo exista quien la  utilice o la justifique, será imposible de erradicar.
Aquí os dejo un bonito vídeo que expresa de una forma bastante clara mi opinión al respecto: