Fotografía de Doc Pastor.
Las habitaciones de hotel son lugares generalmente fríos, no son nuestra casa y el poco tiempo que pasamos en ellas no hace más que maximizar esa sensación de estar en tierra extraña. Peret logró que durante unos minutos de agradable charla no fuera así y un cuarto que no era de él, y menos mío, parecía el mejor lugar del mundo.
Tras tantos años ¿cómo es seguir en activo y tan bien?
Esto es el estar vivo, no es un mérito de nadie. Son muchos años de estar y actuar con mucha gente. Cuando yo me retiré, cuando entré en la iglesia era el año 82 y en el 90 fue la nueva presentación pero para mí fue como si hubiese salido al escenario el día anterior. No hay diferencia.
Ya que ha comentado el tema de la iglesia, ¿qué le hizo dejar la música y seguir esa vocación?
Por el mismo motivo por el que luego volví a la música, exactamente igual, era lo que sentía en aquel momento.
Es evidente que para usted sus creencias son algo muy importante.
Todos tenemos creencias. Unos en unas cosas y otros en otras. Todos creemos en algo.
Ha compartido escenario con muchos artistas, ¿de alguno guarda un recuerdo más especial?
Quieres a la gente, quieres a tus compañeros y no hay un predilecto, igual que con la familia. Tengo seis bisnietos y a veces me preguntan eso de a quién quiero más, yo siempre les digo que no lo sé, es a todos por igual.
¿Y cómo ven ellos que su abuelo se gane la vida encima de un escenario?
Han crecido con esto. Un nieto ha venido conmigo y este ya estaba en la barriga de su madre cuando yo estaba grabando en el estudio, cuando nació seguía viniendo al estudio y luego a las actuaciones. Han nacido con esto, con un abuelo que trabaja y que lo suyo es la música.
Aunque no siempre fue así, antes pasó por otros empleos que no tenía que ver.
Carpintero, tapicero, yo qué sé, comercial, he vendido melones, aluminio, mantelería, he vendido de todo. La primera vez que fui a América no fue para cantar, fue para vender. Yo no me había tomado esto en serio, había grabado tres discos y seguía saliendo a otras cosas. Sí me dedicaba a cantar pero presentaba un programa de radio, uno de música clásica en televisión, haciendo cine…
Lo cierto es que nunca ha parado.
Es que es muy bonito, esto es lo que me gusta a mí, disfruto con ello.
¿Y ha tenido que sacrificar algo?
No sé, pero tampoco pienso igual que muchos artistas, seguramente no sea artista. Yo me lo paso tan bien. Yo estoy haciendo cine y me divierto mucho, he tenido la suerte de que siempre me ha gustado mucho. Luego también he tenido esta suerte de poder actuar con los mejores del cine español y hacer amistad con ellos, para mí eso es un orgullo y un honor muy grande.
Sin olvidar todos los que le siguen y admiran, como Serrat y Sabina que cantan el muerto vivo y de hecho usted participó la primera vez.
Es que yo también he cantando a Serrat, entonces en cuanto me lo pidieron yo no me lo pensé para nada. Si actúo en Barcelona y viene Serrat yo le invito, a él o al que sea. Y luego si el público lo pide pues cantamos juntos.
Es imposible no hacerlo.
Yo siempre me lo paso bien, yo voy siempre ha hacer una fiesta. No sé qué me pedirán, pero yo siempre he actuado a la carta, si lo piden yo se lo doy.
Había un gran cómico que me decía que siempre le pedían lo mismo, que les hablara de la guerra con el teléfono y yo le respondí que hacía 25 me dijo lo mismo en la televisión de México, siempre te van a pedir lo mismo, es así.
¿Es complicado vivir para darse al público?
No, al menos para mí no, pero yo no tengo público, yo tengo amigos. Y al sitio al que vaya, al que vaya, siempre hay gente que va a la entrada y dice que es familia mía, al que vaya ya sea América, Francia, Italia en Rumanía también, en Nueva York, es una familia muy grande.
De todo el repertorio que tiene de canciones ¿se quedaría con una?
La que más me marcó económicamente ha sido la de “Borriquito como tú”, pero depende. Hace unos días con mi nieto en el aeropuerto había un argentino y le pregunto si conocía a un cantante llamado Peret que toca rumbas, me dijo que no le sonaba y entonces pregunté si sabía de una canción que era “es preferible…” y el responde “..reír que llorar”. Era muy joven, un muchacho y me dice que esa canción para ellos era un himno. Las canciones no son lo mismo en un país que en otro.
Tiene que ser muy bonito que conozcan la música.
Sí. Yo no sé la edad que tendría ese chico, unos 28 o así y yo hace décadas que no voy por Argentina, es así.
Muchísimas gracias por su tiempo, ya le dejo tranquilo.
Estupendo y cuando quiera.
Doc Pastor
Escribo de cine, cómic y lo que haga falta (ahora un libro divulgativo). Fundador-Director Editorial de Ruta 42, coleo por más sitios. Mi perrito se llama Loki.
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