Desde ex jugadores profesionales hasta aficionados futboleros asisten a los cursos para ser entrenadores oficiales. Requisitos, valores y aspectos a tener en cuenta para calzarse el buzo de DT.
Nuestro país tiene más de 43 millones de directores técnicos. Si bien la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) afirma que el número exacto son 15.000, según La Nación, no hay ningún hincha que no le haya gritado a la televisión durante un partido por dónde debía atacar su equipo o cómo tenía que defender ante la ofensiva rival. Convertirse en entrenador no es cosa solo de ex futbolistas o personalidades ligadas al deporte, los requisitos para comenzar el curso para obtener el carnet son pocos y las cuotas mensuales oscilan entre los $ 2000 y $ 4000, dependiendo la escuela.
Desde periodistas hasta preparadores físicos e incluso simples aficionados por el deporte se suman con sus anotadores y lapiceras a las clases para convertirse oficialmente en directores técnicos de fútbol. En la mayoría de las 39 escuelas reconocidas por el gremio en su sitio oficial se cursa tres veces por semana en horario nocturno. Hasta el año pasado la carrera tenía una duración de dos años, sin embargo, el nuevo régimen de Licencias de Entrenadores introducido por CONMEBOL la extendió dos cuatrimestres a partir del 2018. Los requisitos básicos son tres: secundario completo, apto físico y tener más de 18 años, aunque en algunos casos la edad mínima para iniciar el curso es de 25 años.
“La mayoría de los alumnos no son ex futbolistas, hay muchos que estuvieron ligados al fútbol pero tuvieron poca participación profesional. Abundan los casos de gente que sin haber jugador tiene una muy buena mirada”, afirma Juan Carlos Merlo, ex jugador de Independiente y director de la escuela n° 98 en Avellaneda, en diálogo con Apertura.com. Por su instituto pasó Ariel Holan, actual DT del Rojo, que pegó el salto del hockey al fútbol sin haber jugado nunca profesionalmente. Otros de los egresados de la escuela dirigida por Merlo que hoy dirigen en la Primera División son Ezequiel Carboni – Lanús – y Gastón Esmerado – Temperley -.
Hace dos años que Diego Landeiro se hizo cargo de la escuela n° 194 en Neuquén, que cuenta con un promedio de 25 alumnos por curso. “Hoy los egresados están tomando consciencia de lo importante que es la capacitación, la gran mayoría hacen cursos aparte para seguir mejorado y evolucionando”, señala. A sus clases acuden muchos futboleros sin trayectoria profesional que, según él, utilizan la carrera como un “cable a tierra”.
Otro que también trabaja en la formación de directores técnicos desde hace más de una década es Juan Ramón Verón, leyenda pincharrata y padre del actual presidente de Estudiantes de La Plata. Por la escuela “Osvaldo Zubeldía” pasaron Martín Palermo, Rolando Schiavi y Hugo Ibarra. “Yo siempre les recomiendo, en lo posible, que empiecen de abajo. Pero hay casos como el de (Sebastián) Saja, por ejemplo, que se recibió y enseguida agarró un club en Paraguay (N.d.R: en diciembre de 2017 asumió como DT de Guaraní y renunció en marzo de este año luego de una serie de malos resultados), expresa la Bruja.
La táctica y la estrategia son pilares fundamentales del plan de estudios, no obstante, poco a poco comenzaron a ganar terreno las materias relacionadas con la psicología. “Hoy se le da mucha importancia a la parte psicológica, recién en el segundo mes ya se empiezan a hacer trabajos en el campo de juego”, explica Ariel Cuffaro Russo, ex entrenador de Rosario Central, que está a cargo de la escuela n° 193 en Rosario. El campeón con la camiseta Canalla destaca la tarea del DT como el “psicólogo del equipo”. Y explica: “La psicología futbolística el que más la conoce es el entrenador. Ganas sabiendo qué piensa el jugador en determinadas situaciones”.
Todas las entidades dependen directamente de ATFA cuya escuela central funciona en River Plate. El valor de la cuota es de $ 2600 mensuales – de marzo a diciembre – y la matrícula anual cuesta $ 5500. La opción más económica es realizar el curso online en el Campus Virtual ATFA (CVA), que otorga las mismas licencias, pero el valor de su matrícula es un 56 por ciento más barata y la cuota cuesta $ 2400.
A medida que se avanza en la carrera, los alumnos van obteniendo distintas licencias para desempeñarse profesionalmente en determinados ámbitos. El primer año otorga una licencia “C” y “B”, que habilitan a dirigir a equipos con jugadores menores de 12 años, fútbol amateur y formativos sub 15. En tanto, al finalizar el curso, los DT cuentan con una licencia “A” para aplicar sus conocimientos en la 3° y 4° categoría y la “PRO” que permite dirigir 1° y 2° División de fútbol profesional.
Un personaje histórico del fútbol argentino que se sumó recientemente a la educación de los futuros entrenadores es Cesar Luis Menotti. El campeón del mundo con la Albiceleste presentó su escuela en el hotel Faena en un evento organizado por Schneider que contó con la presencia de figuras del torneo local como Leonardo Ponzio, Javier Pinola y Lautaro Acosta. quienes recibieron una beca para realizar el curso en la escuela. “En el primer año se va a trabajar mucho en la formación de talentos y trabajo con niños, también vamos a aprovechar la tecnología para acortar la distancia entre docentes y alumnos y dar clases magistrales como puede ser una de Pep Guardiola”, detalla Cesar Mario Menotti, hijo del ex DT y director general de la escuela que abrirá sus inscripciones en un mes.
En julio de 2016, la CONMEBOL estableció unificar los planes de estudios de las carreras de directores técnicos en todas las asociaciones miembros en la Convención de Licencias de Entrenadores. Una de las caras visibles del proyecto es el ex jugador de Colón y Racing Club, Gonzalo Belloso, que actualmente se desempeña como director de Desarrollo de la máxima entidad fútbol sudamericano. Según un comunicado oficial del organismo, la idea es que para 2020 todo el continente cuente con esta licencia.
Aquellos egresados que quieran dar el salto a las grandes ligas de Europa, solo podrán hacerlo una vez que acrediten cinco años de experiencia laboral como entrenadores profesionales. Jorge Almirón y Guillermo Barros Schelotto sufrieron este impedimento cuando Las Palmas de España y Palermo de Italia, respectivamente, quisieron contratarlos. El Mellizo logró sentarse en el banco de suplentes, pero el club que hoy milita en la Serie B tuvo que contratar a un DT adicional para que se hiciera cargo oficialmente.
Según afirma Merlo, el plan a futuro es que el nuevo plan de estudios homologado por CONMEBOL habilite a los directores técnicos sudamericanos a dirigir en el Viejo Continente sin necesitar cinco temporadas al hombro. “Esto podría suplirse con el tercer año extra que se está sumando, pero está todo en charlas por ahora”, revela. Para Menotti, los cambios impulsados desde el organismo dirigido por el paraguayo Alejandro Domínguez, aceleraron el armado de la escuela del Flaco. “Antes era algo muy sui generis que cada escuela manejaba como quería, ahora hay modelos unificados y vemos que la CONMEBOL se lo está tomando en serio”, destaca.
Con respecto a la salida laboral, los que cuentan con más posibilidades de encontrar un puesto son los ex jugadores. “El que jugó inicialmente tiene un poco más de espalda porque los dirigentes te ven más cercano a los jugadores para ser un buen entrenador”, reflexiona Merlo. Por otro lado, Cuffaro Russo menciona que algunos espacios más ligados al amateurismo, como los clubes de barrio, “están tratando de profesionalizarse con gente capacitada”. Las escuelas ofrecen pasantías en diversos clubes para que sus alumnos comiencen a hacer sus primeras armas en la profesión.
En el banco de suplentes de la Selección Argentina durante el Mundial de Rusia 2018 se sentará Jorge Sampaoli. Su trayectoria como futbolista se vio truncada por una lesión a los 19 años, aunque antes de eso solo había jugado en equipos amateurs. El oriundo de Casilda tiene contrato hasta Qatar 2022, sin embargo, cualquiera que inicie el curso este año, o el próximo, llegará a la cita mundialista con carnet habilitante para calzarse el buzo de DT Albiceleste.
Fuente: Apertura
Recopilación: Martin Eraso