Cookies de chocolate blanco y pistachos

Por Elfwen

El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. 

Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. 

Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. 

Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la cabeza. Los pistachos con el chocolate negro siempre aportan ese punch, ese toque que lo refuerza. Sin embargo, si los mezclamos con chocolate blanco, le da un sabor más suave y los matiza de un modo que percibimos mucho más el sabor a pistacho que, ligado al toque de vainilla, la convierten en una receta de cookies ideal. 

He usado como base mi receta clásica de cookies americana. Puedes optar por usar mantequilla con toque de sal o no, pero igualmente te quedará una receta de cookies diferente e ideales para regalar o llevártelas de picnic. Ya tengo a mi chico esperando las galletas de rigor cada vez que cruzo la frontera. Si saben deliciosas, con vistas a una playa del Algarve ya os podéis imaginar su sabor...¡el doble de ricas! 

No sé si ustedes corroboráis mi teoría, pero cuando se lleva comida a la playa, siempre sabe más rica. Quizás sea por la brisa marina que abre el apetito pero siempre nos ha pasado. Recuerdo las comidas de los domingos en la playa cuando era niña: mi abuela, mi tía, mi madre...todas llevaban algo para compartir. Una hacía una tortilla, otra pimientos asados y los filetes empanados tampoco podían faltar. Salía del agua después de darme un buen baño y me encontraba con estas delicias. No sé si la playa potencia el sabor de la comida, pero aún recuerdo el sabor.

El año pasado hicimos un picnic en la playa de São  Rafael y creo que ha sido de las mejores vistas que he tenido al aire libre y os aseguro que la tortilla sabía como aquella vez con mi familia. No sé cuál será el misterio. Os animo a que os llevéis recetas como ésta de viaje. Sólo pueden triunfar. 

¡Pasamos a la receta!



Ingredientes: - 200 gramos harina de fuerza
- 125 gramos mantequilla en punto pomada
- 125 gramos de azúcar moreno
- 1 pizca de sal
- 1 huevo
- 1 cdta. extracto de vainilla 
- 100 gramos de chocolate blanco de repostería 
- 100 gramos de pistachos troceados
- Chunks de chocolate blanco para decorar

Preparación: En primer lugar, comenzamos batiendo el azúcar con la mantequilla hasta que nos quede una textura cremosa. Podéis hacerlo con un bol y espátula o varillas. Para esta receta no utilizo nunca el robot de cocina. Aunque podéis hacerlo con el accesorio pala. 

A continuación añadimos el huevo y seguimos batiendo. Luego es el turno de la vainilla que integramos completamente. 

Tamizamos la harina con la pizca de sal e iremos añadiendo en varios pasos. Dejamos que la masa vaya asimilando este ingrediente y añadimos otra tanda hasta que nos quede bien homogénea. 

Troceamos el chocolate blanco en dados pequeños que añadimos a nuestra masa al igual que los pistachos. Los troceamos previamente y reservamos unos cuantos para decorar las galletas. 

Dejamos reposar media hora en nevera. Vamos boleando y aplastando ligeramente sobre una bandeja con papel vegetal. Dejamos separación entre ellas. Decoramos con chocolate y pistachos. Aproveché unos chunks que tenía pero podéis utilizar el mismo chocolate del interior. 


Horneamos unos 10-12 minutos a 180 grados. Retiramos cuando los bordes inicien a estar dorados. Dejamos enfriar unos minutos en la bandeja y cuando ya estén más duras pasamos a una rejilla hasta que enfríen completamente. Conservamos en recipiente hermético durante varios días. 

El resultado es una receta de cookies sencilla y de muy rica combinación. Os aseguro que es todo un acierto y si optáis por usar mantequilla con toque de sal, habrá un contraste añadido que os va a encantar. Si preferís sin sal, quedarán más suaves y se apreciará más el dulzor del chocolate blanco. Lo dejo a vuestra elección. 

Si os gustan tanto las cookies como a mí, también podéis hacer las clásicas Toll House Cookies, las de doble chocolate, al aove o a los tres chocolates. Dime cuáles son tus preferidas y cuál te gustaría probar. Te leo en comentarios. 

Vuelvo pronto con más recetas. ¡Os mando un abrazo!

Maribel García 🍓