Tal es el peligro que se deriva de la nueva Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales aprobada recientemente por el Senado, al incluir un artículo, el 58 bis, que permite que, por interés público, los partidos políticos, coaliciones y agrupaciones electorales puedan recopilar y elaborar bases de datos sobre la ideología de los internautas para la realización de actividades de propaganda electoral a través de medios electrónicos. El único límite establecido es que los datos se extraigan de “páginas web y fuentes de acceso público”. Esta práctica, que estaba vetada a todo tipo de empresas y organizaciones e impedía el envío de propaganda si no existía un consentimiento previo, se consiente ahora sin ningún tipo de restricción a los partidos políticos, los cuales podrán inundar a los usuarios de Internet de spam (basura propagandística) durante las campañas electorales a partir de perfiles elaborados con “cookies” ideológicos, y sin ningún consentimiento expreso.
Tal es el peligro que se deriva de la nueva Ley de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales aprobada recientemente por el Senado, al incluir un artículo, el 58 bis, que permite que, por interés público, los partidos políticos, coaliciones y agrupaciones electorales puedan recopilar y elaborar bases de datos sobre la ideología de los internautas para la realización de actividades de propaganda electoral a través de medios electrónicos. El único límite establecido es que los datos se extraigan de “páginas web y fuentes de acceso público”. Esta práctica, que estaba vetada a todo tipo de empresas y organizaciones e impedía el envío de propaganda si no existía un consentimiento previo, se consiente ahora sin ningún tipo de restricción a los partidos políticos, los cuales podrán inundar a los usuarios de Internet de spam (basura propagandística) durante las campañas electorales a partir de perfiles elaborados con “cookies” ideológicos, y sin ningún consentimiento expreso.